jueves, 6 de agosto de 2020

Algún día vas a ver al cretino gritar

Los G.I.T viajaban a Ibiza para grabar su larga duración, Garcia se encargaría de producirlos y, como a fines de junio debía comenzar la gira española de Charly, el rosarino tenia que ser de la partida.
En Barcelona Fito pasaba los días encerrado en el cuarto de su hotel, frente al Barrio Gótico, leyendo un libro de Woody Allen. Fabiana se había quedado en Buenos Aires, en su casa de La Boca.
Una de esas noches Charly fue a escuchar a Celeste Carballo, que cantaba en un pub catalán.
- Por qué no nos vamos a algún lado? - le propuso Charly. Horas después viajaron a una playa.
Días mas tarde, reunidos todos en Ibiza - Garcia, Páez, Carballo, los G.I.T y el productor español Mariscal Romero - , tomando algo en el Cou, cita de la movida, se generó una discusión entre Charly y su productor. Las cosas no venían bien y la gira española de Garcia se redujo a una única presentación en la sucursal barcelonesa de Studio 54. Charly se sentía estafado.
“Una noche en Barcelona le dije a Celeste: “Loca, a vos no te pueden hacer esto, tipo salir de un recital y no tener un taxi, o bajar del escenario y que nadie te diga que estuviste bien, o que no haya un ramo de rosas en tu cuarto”. Entonces le propuse “vámonos”, y desaparecimos tres días”
“Este Mariscal esta copado con Celeste...ja! a buen puerto fue por leña. Una noche en el Cou, a propósito ella y yo nos gastamos a chupones. Solo para molestar al tipo. Él decía “oiga, yo también quiero estar en la fiesta”. “Vos no entrás en ninguna fiesta”, le contesté. Grinbank se enojó. Mariscal me decía “lo que pasa es que tu no te ubicas, aquí estamos en Europa”. Y yo le digo “perdoname, Europa termina en los Pirineos”. Y él: “es que tu no tienes imagen”. “Mirame la jeta”, le contesté. Ahí se pudrió todo y suspendimos la gira.
“Corazones en llamas” Laura Ramos / Cynthia Lejbowicz. Edit. Aguilar

Ah, te vi entre las luces!

-Cuando terminé con Sui Generis, empecé a ir a la oficina de Oscar López.
Había un Farfisa, nada del otro mundo, pero yo me llevaba los grabadores, me armé como un miniestudio. Ahí compuse "!Ah!, te vi entre las luces". El socio de Oscar López tenía discos de Genesis, que entonces no era muy escuchado acá: Trespass, Nursery Crime... Yo hice varias canciones como minióperas... Cambié. Tenía los instrumentos en el momento correcto, salió toda la parte clásica que llevaba adentro y me sentí como pez en el agua. Al primero que llamé fue a Moro. Escuchamos un LP de Herbie Hancock, Head-hunters, un tema que se llamaba "Camaleón" y le dije: "Esto es lo que quiero hacer”.
Charly García
“Rolling Stone” Nro 50. Mayo 2002

Noche de perros

“Desarrollé un método. Cada vez que me gustaba una canción, llamaba a un músico para que tocara esa música, lo grababa, y luego, sobre esa pista, preparaba mi parte vocal. Estudiaba la canción, trataba de asimilarla a mi estilo. llegado el caso, entraba en mi repertorio. Así fui preparando un concierto con nuestras canciones de Carly Simon, Joni Mitchell, Carlo King y aquel “Monday monday” de The Mamas & The Papas. Entre ellas había muchos temas que Charly siempre adoró , como “I feel the earth move”. Mir{e la lista completa y sentí un impulso. Un rato después estaba en Coronel Diaz pegando la hoja con los nombres de las canciones en la pared de su living. No le dije una palabra y me fui.
Pocos días después recibí un llamado de Juan Alberto Badia. No había lugar para el titubeo; al día siguiente tenia que estar en Canal 7, mas precisamente a las veintidós horas, preparada para hacer un mini recital con Charly Garcia. Por supuesto, el repertorio era la lista de canciones que le había pegado en la pared. . Nadie me explicó nada más. Mi plan original, pequeño y completamente íntimo , tomaba una dimensión inesperada. . Quedé atónita. Llena de nervios, confundida.
La idea de cantar esas canciones con Charly me encantaba. Al mismo tiempo, me habría gustado ensayar un poco para no caer completamente cruda al prime time de la televisión. Junté valor para ir al canal y, tal vez a propósito, llegué un poco tarde. Medio en babia. En la puerta del canal me crucé con Charly, que se subió a una combi llena de gente que lo esperaba. Estaba enojado. Yo me volví a casa caminando muy tranquilamente. Cuando finalmente caí me quise matar; me había perdido una oportunidad única , una hermosa locura”.
Maria Rosa Yorio
“Asesinenme” Maria Rosa Yorio. Edit. Planeta. 2019

Mirando las ruedas

“El viaje mas significativo para mi fue el del Unplugged del MTV a Miami. En cuanto a que él armo esa banda con las cuerdas y demás. El viaje fue agradable y en un punto tenso porque él estaba un poquito inestable, como que le copaba y no le copaba participar en MTV. Todos los que estábamos alrededor sabíamos que en cuanto entrase mal un cambio se podía ir todo a la mierda...Cuando llegamos estaba medio oscuro,como que no quiso curtir la ciudad, se quedó mas bien encerrado en el hotel. Y después, en el post, se enojó mucho porque los músicos se fueron de joda y él pretendía que todos lo acompañaran a ver el video del concierto. Que era lo que siempre hacía! Lo menos frecuente era que quisiera ir a un bar, pegarse un sartenzao, lo que cualquier banda de rock haría...Terminó el Unplugged y se subio a la limo a ver el concierto en la tele y así estuvo: horas viéndose arriba del auto. En la limo íbamos el iluminador y yo. Y estaba que trinaba. De muy mal humor. pasaba el video y hablaba. Y así todo el tiempo.
Francisco Cedran
“100 veces Charly” Jose Bellas / Fernando Garcia. Ediciones B

El amor espera

“Yo había dejado en manos de Charly la producción del disco, porque lo considero muy idóneo para eso, pero a la vez me sentía en el papel de cable a tierra de él. Eso sucedía por una lógica de comportamiento mas que de intención.
Probablemente Charly piense otras cosas de todo esto. Mi forma de ir al frente es muy diferente. Mi egomanía también es diferente: no quiero figurar en la tapa de la Rolling Stone, no tengo ambiciones que para mí son burdas. Me interesa una vida desde el seno de mis hijos hacia la música, en una relación directa o si se quiere estimulada entre una cosa y la otra. Desde el punto de vista de Charly quizás yo sea un personaje con miedo a ciertas cosas. Sobre todo tengo miedo a hacer el ridículo, y él no le tiene miedo a eso.
Durante el tiempo que trabajamos juntos yo me sentí muy necesitado. Traté de estar cuando él me necesitaba, pero después me sentí rechazado y me dolió mucho. Pensé que había cometido un gran error al acercarme a él para hacer un proyecto. Tolero que nos veamos para compartir una charla intima, sin chupamedias de turno, pero no podemos embarcarnos en un proyecto porque quedaron un montón de cosas no resueltas. Creo que me tiene una especie de celo ancestral y pareciera que nunca se dió cuenta de lo mucho que lo admiro. Algo de eso hubo en los rayes que tuvimos. Como si el fuera el único en papel de admirador, mientras yo no encontraba la manera de hacerle entender que también me puedo mear con sus canciones. Desde hace unos años Charly me viene invitando regularmente a que hagamos algo, pero yo me rehúso porque no quiero vivir su entorno”.
“Spinetta. Crónica e iluminaciones”. Luis A. Spinetta / Eduardo Berti.

Vos sos Dios, vos sos gardel, vos sos lo más.

El 23 de octubre de 2001, Charly cumplió 50 años. “Es a la medianoche, en el Say No More Bar de El Salvador 4714, entre Armenia y Gurruchaga”, me dijo el Zorrito Quintiero por teléfono.
“Al entrar al lugar, el Artista ya ocupaba el escenario con una camisa roja abierta, anteojos alargados de marco negro y el pelo hasta los hombros, junto a Mario Serra, Diego Murray, Mariela Chintalo y Maria Gabriela, quienes conformaban su banda de entonces”. “Al verme entre la gente, García me hizo señas para que subiese por uno de los costados. Interpretaba “In my life”, cerrando sus ojos en la parte instrumental del piano. Se lo veía como iluminado, afianzado en la categoría de ídolo popular. Un simple vistazo hacia proveer que a futuro iban a existir estaciones de subte o avenidas con su nombre y que, quizás, su imagen alcanzaría mas peso que la del Gardel actual”.
- Chaaaarlyyy, tocá “Fantasy”!!! - gritó una chica por décima vez.
- ¡Callate, lechuza! - retrucó él por el micrófono.
Los flashes fotográficos que partían desde el publico refractaban sobre el escenario. “No me saquen mas fotos, ¡hagan como si ustedes también fuesen famosos!”, les gritó García, ingenioso.
Solemne, el Líder Carismático, definió la próxima formación que lo acompañaría: “Que vengan Cerati, Pedrito y Fernando, que llegó de España”. Serra me cedió los palillos, Pedro Aznar ingreso con un Rickenbaker color crema, Gustavo enchufó una guitarra en el amplificador de atrás y, sin mediar palabras, comenzó “Dear Prudence”, que precedió a otros clásicos de The Beatles y al “El día que apagaron la luz”. Cerati, balanceándose al ritmo, acompañó cada compás con arpegios precisos, mientras Pedro armonizaba voces de otros chakras o galaxias. Luego subieron Maria Gabriela y Fabian, e hicimos “Shisyastawuman”, la leboniana “Dos edificios dorados” y una extensa “Fanky”. El Artista se mostraba feliz, diciéndoles a los fans que “ustedes son creaciones mías” y volviéndolo loco a su asistente Gabriel Ganem, antes de estrenar “Influence”, una canción del norteamericano Todd Rudgren que versionó en español.
Mas tarde, apretados en los camarines, García me tomó del brazo con sus garras de uñas pintadas de negro. ¡Voy a filmar un dvd, man. Soy un genio, soy lo más. Traéte el bandoneón al Coliseo y hacemos el Extraño...Uuuhhh”, dijo perforándome el tímpano e inundándome de olor a Jack Daniel’s, antes de volver al escenario, declarar que “Say No More se la re banca” y arrojarse al público de cabeza, como si lo hiciese a una piscina. Por supuesto, salió ileso.
“Mientras otros duermen” Fernando Samalea. Sudamericana. 2017

No es de papel, es de verdad

“Cuando Jorge Alvarez nos dijo que íbamos a grabar un long play, yo por supuesto no le creí porque ya me lo habían dicho en tantas grabadoras que íbamos a grabar y finalmente nunca pasaba nada. Pero, pasó. A la semana siguiente estábamos en un estudio con una guitarra, me acuerdo que tenia todas las cuerdas mal y no teníamos ningún instrumento, salvo la flauta de Nito, el piano que había en Phonalex, que no me gustaba como sonaba y le puse chinches. De ahí en mas quedó un piano con chinches. porque había dos pianos. Estaba el de cola y el vertical. Entonces al vertical yo le puse las chinches. De ahí en mas, todas las grabaciones que vos escuchas de La Pesada, de todos los discos de esa época, tienen ese piano con chinches.
Y bueno, empezamos a grabar. Un poco jugando no, porque realmente no había ninguna experiencia en ese tipo. Algunas grabaciones que yo había hecho por mi cuenta. Y con los músicos que había ahí. Los músicos que conocía yo. Claudio Gabis, un poco. Habia una especie de prejuicio con nosotros de movida, porque la música que hacíamos nosotros no tenia nada que ver con la pesadez que reinaba en esa época. Entonces un poco tuve que grabar con los pesados. Con Alejandro Medica, Claudio Gabis, Pinchevsky. Costó un poco pero salió el disco. Yo creo que es un disco que, a pesar de que esta mal grabado y que tiene desafinaciones y cosas que no están en clima con las canciones, tiene un valor bastante importante por haber salido en esa época que, digamos, la música era otra cosa. Fue como algo nuevo para la época”.
Canción para mi muerte: “Me acuerdo que la hice cuando estaba en el servicio militar. Me acuerdo que estaba en el hospital militar, había tenido unos problemas, digamos, de salud y un poco inspirándome con todo el clima del hospital y todas esas historias, hice una canción para la muerte, que en el fondo es optimista pero en el momento reflejaba todo lo que sentía. Fue el ultimo tema que compuse antes de grabar “Vida”. Todos los demás temas eran temas que yo había empezado a hacer digamos a los 15, 16 años. Este fue el ultimo que hice y me acuerdo que Alvarez, de movida, fue el que mas le impresionó y a mi también me gustaba mucho, quizás porque era nuevo. Entonces entre los dos dijimos, “bueno, este es el tema digamos, pasar por la radio”.
Mariel y el Capitan: “Mariel la hice porque, me acuerdo que un día estaba tocando el piano, se abrió la puerta en la casa de mis padres, se abrió la puerta de mi habitación y entro un tipo totalmente enfurecido - “te voy a cortar las manos si seguís tocando!” - yo me asusté muchísimo no, me quería cortar las manos porque tocaba y no le gustaba, entonces ahí tomé conciencia del asunto de los consorcios y todo eso. Entonces ahí surgió el tema.
Natalio Ruiz: “la escribió Carlos Piegari y fue una canción que hicimos unos tres años antes que se grabara el long play y habla un poco de la gente que vivía en el barrio donde vivía él.
Cuando comenzamos a nacer: “la escribí en 5 minutos esa canción. Habia un sentimiento muy fuerte atrás de eso y salio así, muy fluido”
Quizás porque: “no sé, es una canción de amor y me llevó un poco mas de tiempo escribirla porque lo primero me salio enseguida pero toda la forma de la canción se la tuve que dar de a poquito”
Dime quien me lo robo: “es un tema que lo escribí, digamos, cuando tenia ganas de salir un poco a ver el mundo por mi cuenta. Entonces cuenta un poco el enfrentamiento de los dos mundos, el que se vive dentro de una casa y el que esta afuera. De este enfrentamiento salio la canción.”
“Entrevista Radio del Plata”. 1979

Querían a otro en mi lugar

Sobre el MTV Unplugged de Spinetta: “Hubo seis días de ensayo y, Spinetta sorprendió con su concentración absoluta y su profesionalismo. Había riesgo quirúrgico porque los músicos trabajaban en dos galpones distintos y en el de al lado los Ratones Paranoicos ensayaban para su unplugged, que se haría un día antes. Luis ya tenia una buena relación con Juanse. Pero estaban Pappo y Charly Garcia. la orden de Luis fue terminante: “Si se me acerca uno de ellos, me voy a la mierda”. “Luis no quería distracciones - explicó Pels, y sabia que Charly no andaba en su mejor momento. No sé que pasaba entre ellos. Cuando Charly se enteró que el otro no lo quería ver dijo: “Ahora voy y le pinto todo”. La tensión era bastante palpable y no ayudaba a manejar los demás detalles. De todos modos, Pappo en su desfachatez cruzó las fronteras y naturalmente fue a saludar a Luis. Todos esperaban el estallido, pero hubo tan buena onda entre los dos que hasta terminó tocando “Mi sueño de hoy” en el ensayo, haciendo un solo maravilloso que Spinetta disfrutó. Charly ni apareció por el lugar”.
“Spinetta. Ruido de magia”. Sergio Marchi. Planeta. 2019

Linda Bailarina

Las primeras Bay Biscuits fueron Lisa Wakoluk, Mayca Castro Volpe, Fabiana Cantilo, Viviana Tellas, Diana Nylon y luego se agregó Isabel de Sebastian. Juntas hicieron “Mujeres aburridas” y ya empezó a consolidarse el aspecto musical mas fuerte.
Charly Garcia fue a verlas y las invitó para el concierto presentación de “No llores por mi, Argentina”. Por supuesto aceptaron. “La gente nos quería matar, gritaba, aullaba - cuenta Cantilo - pero no nos importaba nada. Hicimos algunas cosas mas y enseguida me fui a Los Twist”.
Fernando Samalea fue parte del publico de la presentación con Charly: “En un momento Charly, con esa especia de grourchomarxismo tan suyo, empezó a decir que los grupos grandes ocupaban los lugares mediáticos, en cambio “nosotros hemos encontrado nuestro grupo de apoyo”. se hizo un silencio y presentó a las Bay Biscuits, que nadie sabia quienes eran. No eran exactamente un grupo de música. Tuve la sensación de que habían bajado de un cohete desde Marte. Hubo una reacción del publico, silbatinas. En ese momento todavia se debatía sobre si la música bailable era algo como inculto o estúpido. No superamos todavia esa discusión”
“Historias del under”. Fernando Noy. Reservoir Books

Digo de vos

Entrevistaste a Charly en varias ocasiones. ¿Qué recuerdos tenés de aquellas míticas entrevistas para la revista Pelo?
Siempre tuve muy buena química con Charly en las entrevistas, quizás porque ambos fuimos siempre muy respetuosos del otro. Para mí, Charly siempre fue una estrella y yo era simplemente el intermediario entre él y la gente a la hora de entrevistarlo. Tuve la suerte de hacer muchas notas con él: en su departamento de Coronel Díaz, en la redacción de Pelo, en bares, en camarines de recitales, en la oficina de su representante. Entrevistar a Charly en aquellos años la verdad es que era atractivo porque la misma lucidez y chispa que mostraba al escribir sus letras la tenía también en las respuestas, con un fino manejo del sarcasmo y la ironía. Charly te daba títulos, que debe ser una de las cosas que más valora cualquier entrevistador. No solo eran muy claras y contundentes sus respuestas, sino que además tenían gracia e incluían frases inolvidables, de esas que a los periodistas nos encantan porque de solo escucharlas ya vemos que tenemos un gran título para la nota. Además, siempre mostró, al menos conmigo, una enorme lucidez en las respuestas. El tipo la tuvo siempre muy clara, más allá de que en algunos medios lo quisieran mostrar como un loquito. Me acuerdo que una vez se había armado un gran escándalo en un show en Catamarca por unos tarados que le tiraban cosas y lo bardeaban. Bastó que Charly reaccionara contra eso para que se armara un escándalo nacional. En Pelo ya estaba cerrada la nueva edición, pero por el revuelo que se armó se decidió levantar otra nota e incluir una con Charly contando su versión de lo que había pasado. Me acuerdo que lo llamé directamente al teléfono de su departamento de Coronel Díaz (en esa época no existían los jefes de prensa, las agencias de prensa ni intermediarios de ese tipo) y le expliqué el sentido de la nota y que necesitaba sí o sí hacerla de inmediato, porque nos corría el cierre de la revista. Charly estaba medio cansado y no le entusiasmaba mucho seguir con el tema del escándalo, pero aceptó hacer la nota y me dijo: “Hagamos una cosa. Venite a tomar la merienda a casa y hacemos la nota. ¿Te gustan las masitas secas?”. Le dije que sí y cerró: “Ok, mientras vos te venís para casa, yo bajo a comprar unas masitas entonces”. Y así fue. Hicimos la nota merendando té con masitas como dos señoras viejas. Creo que esa actitud de Charly demuestra claramente que el tipo no estaba loco ni era un inadaptado social como querían mostrarlo algunos en los 80. Un pirado no te invita a tomar la merienda y se preocupa en ir a comprar masitas para recibirte bien en su casa…
Osvaldo Marzullo

viernes, 15 de mayo de 2020

Ese es tu walkman?


“...Charly García invitó a Spinetta a grabar en su primer disco como solista y lo puso frente a un lindo desafío: un solo suyo en la brillante “Canción de 2x3”, y además con una guitarra Roland sintetizada que era el último adelanto tecnológico. La atmósfera tanguera del tema le quedaba al dente, y Luis se despachó con una hermosa intervención. Tan bien salió la cosa que además lo invitó a ponerle letra a una canción en la que ta,bien iba a participar Pedro Aznar. Las cosas entre ellos ya estaban bien: habían compuesto juntos la música de la obra Lenny Blues de Robertino Granados, que tocaron junto a una tremenda versión de “Los libros de la buena memoria” el 11 de septiembre, en el show que marcó el debut como solista de Aznar en Obras.
Spinetta, Aznar y García se iban a divertir como locos en ION tirando cualquier frase que se les viniera a la mente, y Luis largó con el memorable verso: “No le debo nada a Entel”. Después vendría lo del walkman, la nariz, el capataz, el recitado latinoamericano, la brillantina y unos juegos de voces geniales como si fueran los Beach Boys bonaerenses. “Peluca telefónica” fue una de las canciones mas divertidas y exitosas de Yendo de la cama al living, debut en solitario de Charly Garcia que se convertiría en un best seller fulminante de aquel agitado 1982. Spinetta estaba invitado a tocar con Charly en la presentación del disco, aquel inolvidable Ferro del 26 de diciembre de 1982, pero se metió entre el público y cuando llegó su turno no ´pudo llegar a tiempo al escenario. Habia veinticinco mil personal y era la primera vez que un solista o un grupo de rock llenaban totalmente un estadio de fútbol.”


“Spinetta. Ruido de magia”. Sergio Marchi. Planeta 2019

Sweet home Buenos Aires

“De repente se acercó Garcia: - ¡Wwwooouww, que flash! Esto está igual que en la época de Adiós Sui Generis. Acá estuve sentado con la galera y el traje blanco! - comentó entretenido, antes de agregar “Venite a casa mañana” y desaparecer como un cohete hacia la calle Eduardo Madero.
Al día siguiente, aun con cara de dormido, bajo el sol que pegaba de lleno en el portal, toqué el timbre del departamento 15. Mientras el ascensor antiguo de metal negro fue elevándose piso a piso, escuché música a un volumen cada vez mayor: era la parte “acústica” del show de ayer, la de la darbouka. Me abrió la puerta una de sus “aliadas”, con sonrisa de póster adolescente y brazalete. Al entrar, observé las paredes, cubiertas con frases y pegatinas de hojas de revista dibujadas encima. García las llamaba “intervenciones”. Su hábitat, una obra conceptual en sí mismo, parecía la exposición de un artista iluminado del Instituto Di Tella, pero con tendencias aún mas furiosas. El mismísimo Jorge Romero Brest hubiese quedado fascinado.
- Escuchá, escuchá, wwwuuuaaauwww, grabé todos los instrumentos por línea con la Roland D8 - dijo al verme ingresar a su cuarto.
Mientras tanto, continuó efectuando una innumerable serie de grabaciones sobre el audio en vivo. “¿Cómo habría hecho para llegar al Luna con su guitarra y grabador, conectarlo correctamente a la consola de monitores, dejar su aparato grabando y ser parte del show al instante?”, me pregunté. Su capacidad para los desafíos técnicos, al estilo de la serie Mac Gyver, seguía sorprendiéndome. Como si hubiese leído mis pensamientos, él mismo me dió la respuesta: “Hay gente que se cae de una silla y se mata, en cambio yo me tiré de un noveno piso y acá estoy, man...Feel the power!”
Suficientes horas después, bajé nuevamente por el ascensor. Desde su cuarto, resonaba “Three of a perfect pair”, la canción de King Crimson: “One, one too many schizophrenic tendencies, keeps it complicated, keeps is aggravated , and full of this hopeless, oooohhhh, what a perfect mess....
“Mientras otros duermen” Fernando Samalea. Sudamericana. 2017

Suicida

“Cuando Charly García apareció teñido de rubio sobre el escenario del San Martín, en homenaje al caído de Seattle, la mayoría lo leyó como un típico gesto zumbón de provocación cosmética”. Diez años después de aquel 5 de abril (hasta hoy, el último gran velorio de la historia del rock) García está doblado en la cama, con dos discos de Nirvana a sus pies. "Traelos vos", me había dicho por teléfono. "Porque si los tengo que empezar a buscar...." Llevé Nevermind y el Unplugged , los únicos dos que no tengo "prestados" (encontré también una copia grabada en casete de In Utero, pero le tengo mucho cariño y temí que García me pidiera dejársela).
"Fui a la peluquería de acá al lado, que ahora cambió de dueño", recuerda García de ese día del ‘94. "Me autoteñí, en realidad. Agarré un poco de ese menjunje, me lo enchanté en el pelo y me vine a casa con eso en la cabeza. Me quedó bastante original, pero no se pudo asentar bien. Me acuerdo que estaba mirando un video de Nirvana y vino Nito Mestre. Supongo que creyó que yo me quería suicidar también y me vació prolijamente una botella de cerveza en la cabeza. Eso le dio un poco más de tono al pelo."
Según aclara Charly hoy aquello fue "un pequeño homenaje". "Yo no lo promocioné de esa forma, pero era claro que había una conexión fuerte. El tipo se había matado y creo que muchos le deben haber rendido su pequeño homenaje. Pibes y no tan pibes de todo el mundo habrán sentido el impacto. Esa fue mi manera de saludar a un colega, o a un ídolo. No a un suicida", concluye. "Me pareció muy Sócrates la actitud de él, como que le estaba probando algo al mundo. Me motivó."
Charly García (el hombre, el performer) es el gran estigma cultural, la herida abierta del rock argentino. Para bien y para mal, impuso un modelo de artista de flujo continuo ( constant concept ) desde el centro más visible de Buenos Aires y la industria del rock. Tampoco hay mucho margen para hacerse el loco teniendo al máximo veterano de guerra viviendo su reality show en un séptimo piso de Santa Fe y Coronel Díaz. Ese rol -el de artista del pueblo las 24 horas, master en excesos y auto-boicot- ya está cubierto.
García agarra la cajita de nevermind y se hace un buche de whisky JB. "Apenas vi esta tapa me dieron ganas de comprarlo. Me pasó lo mismo con Television. Vi la tapa del disco, lo compré y sabía que era bueno. No podía fallar." Manipula un pequeño reproductor de dvd, saca un cd de los Rolling Stones y pone el disco celeste de Nirvana, con el título del álbum en acuosa tipografía negra.
A todo volumen empieza a sonar "Smells Like Teen Spirit". Charly hace la mímica de acordes con cejilla y me mira como diciendo "¿No ves?, es fácil". Sigue las notas introductorias en un organito chillón. "Se nota que ensayaban mucho, se nota que el bajista y el baterista ensayaban mucho por su cuenta. Están muy pegados", grita por encima de la canción. Baja el volumen y precisa: "Está muy bien puesto el coto al grunge estilo Faith No More. Está muy bien producido. ¿Quién lo produjo?". Butch Vig. "Ah, el de Garbage. Hay un trabajo de compresión, de gate , de compuerta: el límite de captación de sonidos está puesto justo para que se escuche lo que se tiene que escuchar. Ese sonido seco... Si se escucharan más cosas sería sucio, y si estuviera más pulido sería demasiado blando."
"In Bloom", el segundo tema, pasa como un tropel. "Nunca me gustaron Pearl Jam, ni Alice In Chains (aunque ese era un gran nombre). Lo intenté, pero no me gustaban. Como movimiento, el grunge no existió. El grunge fue Nirvana. Nadie hizo un disco como éste." Presta más oído y larga: "Se acerca mucho al metal, también".
Arranca la inolvidable línea del bajo de Krist Novoselic de "Come As You Are". "Este es mi tema favorito", sentencia y hace como que toca la batería. "Las letras son muy buenas, muy inteligentes." Cuando llega "Breed", la cuarta canción, con esa velocidad enfermiza, García arranca el plug del reproductor de un manotazo. "Nunca pasé del tercer tema, en realidad. Y eso que me compré varios discos."
El hombre suburbano"El fenómeno Cobain empezó a repercutir en mí a partir de la forma en que la gente lo identificó conmigo. A tope. Pero si bien yo tengo algo de poeta maldito, nunca fui un tipo... Qué sé yo, cuando yo me tiré no me quise matar ni ahí. No tenía ese morbo que tenía él con la muerte. Tampoco me pasó eso que dejó dicho en la nota de suicidio, que quería ser como Freddy Mercury. ¡Mirá a quién eligió! Me parece un tipo súper suburbano, Kurt. Si viviera en Argentina estaría en Castelar. En serio. Nirvana sería un grupo del Oeste."El auto-boicot"Con Nirvana me pasa un poco lo mismo que me pasa con Marilyn Manson: me gusta más lo que representan que lo que hacen. De Nirvana no me gustan todas las canciones. Llega un punto en que me parece muy monótono, o hasta estúpido. Pero me gusta lo que defienden y también esa cosa anticomercial dentro de las posibilidades que te dan 200 millones de discos vendidos. Ir a un show y no tocar el hit, por ejemplo. Ese auto-boicot me parece interesante. Para alguna gente es antiprofesionalismo, pero para mí es muy romántico. Y ese tipo me parecía muy romántico. No era punk. Es decir, era punk en la desfachatez y en la generación, pero estaba muy tamizado por Neil Young, que fue el primer alternativo; por la cosa helpless de Neil Young. Desamparado."
El Folklorista"Se juntó todo en un petisito que tenía mucha polenta. Tocaba la guitarra de una forma muy rara; era un mal buen guitarrista. Tocaba como si tocara folklore. Vos ves tocar a George Harrison, a Cafrune y al de Nirvana, y te vas a dar cuenta que Cobain toca como Cafrune. Las posiciones ortodoxas: la Mayor poniendo los tres deditos acá, el mi Mayor así... Jamás escuchó jazz en su vida, ni quiere saber lo que es una séptima. Eso me parece bueno. Es raro, por eso llamaba la atención. Y como cantante es buenísimo. La fonética del tipo es muy musical, tiene algo johnlennonesco en el rango de voz. O sea: es buenísimo en todo, ¿qué querés que te diga? ¡Es mejor que yo, lo siento!"
La Heroína"Escuchando Nirvana en Punta del Este, con la pata apoyada en la ventana, vino una tormenta terrible, cayó el vidrio y me cortó el tobillo. ¿Ves? Acá tengo una cicatriz chiquitísima. Me quedó el hueso al aire. Me inyectaron morfina en la médula. Me dijeron «Te vamos a tener que inyectar morfina». Y yo contesté: «¡Ponele más, boludo, ponele toda la que quieras!». Esa fue la vez que se armó todo el quilombo y me echaron de Punta del Este. Me fui caminando del hospital a la casa de David Lebón en José Ignacio. A lo que voy es que eso es lo que hace la morfina, una sensación de bienestar increíble. Pero no es muy práctica. Imaginate la heroína... Yo la fumé, no me la inyecté nunca. Pero si es como dicen, debe ser tremenda. Y Kurt pretendía curarse el dolor de estómago con heroína. Tampoco era muy práctico que digamos."
El amor duro"Parte de la identificación que siento con él, supongo, tiene que ver con que a mí también me internaron, y pasé cosas como él. Hay algo que quiero que se publique: estoy absolutamente en contra del método que utilizaron la Courtney y mi mamá para internarme a mí e internar a Kurt. Eso que se llama amor duro . Es un método que consta en no explicarle nada al que se supone que está mal, cerrarle todas las vías de acceso a cualquier tipo de cosa, dejarlo en la lleca... «Prefiero que esté muerto antes que sea drogadicto», eso lo escuché de mi propia madre. Te vuelven loco. Y una vez que te vuelven loco, firmás un papel y te intervienen. Te cortan la vida, te sacan de tu casa, te cagan a trompadas, te meten en una clínica de hijos de puta que hacen guita con eso, que curran con la merca, la heroína y los padres adinerados de los adictos del mundo."
La love"Para mí a Kurt lo volvió loco la mujer y no sé quién más. Yo a Courtney la odio, la odio, la odio... Me acuerdo de Evan Dando [cantante de los Lemmonheads y sospechado amante de Love], en esta misma cama, después de cagarnos a trompadas con todo el mundo en Júpiter [el boliche que tenía García detrás del Alto Palermo], llamando a Courtney Love y teniendo discusiones a los gritos sobre un revólver... Esta Courtney... Yoko Ono es un poroto al lado de ella."
La alternatividad"Lo que digo es que si vos escuchás un disco de Nirvana y entendés un poco de música, te das cuenta de que tocan como la puta madre. Eso es lo que lo diferenciaba del resto de los alternativos, o del grunge. Eran los únicos alternativos que tocaban bien. Ahora alternativo es casi bueno . Si no sabés tocar muy bien sos alternativo. Progresión de acordes inusuales, blablabla... ¡No, es que están mal! Ellos en cambio tocaban recontra-fuerte. Mezclaban sensibilidad Paul McCartney con heavy metal y Ramones. Y les salía algo bastante original. En vivo eran tremendos. No los vi en persona, pero vi videos, como ese de Brasil en el Kurt sale con una silla de ruedas, igual que yo en la presentación de La hija de la lágrima . Eso no se puede fabricar, es infabricable. Eran eso. ¡Y encima sonaban como Led Zeppelin!"
La mala vida"Las historias que cuenta Cobain de su niñez son terribles. Por más que la camisa de franela a cuadros sea divina, a mí no me hubiera matado la de nacer en el Parque Yellowstone y que me viole mi tío y ser más pobre que un gusano y todo eso. Y vivir en una ciudad que tiene el monumento a la aguja espacial y... Qué sé yo. Se dieron todas las coordenadas como para que el pibe, siendo inteligente, tuviera la sensibilidad a re-full. Y se enamoró e hizo todo como cualquier buen hombre despierto hubiera hecho."
El club de los 27"¿Sabés el chiste del club de los 27 [habla de los músicos muertos a los 27 años]? Hay una fiesta del club de los 27 en el cielo o en el infierno, donde sea. Están todos: Jimi Hendrix, Janis Joplin, Brian Jones, Jim Morrison, Kurt Cobain... Hay una gran zapada, pero falta un baterista. Suena la puerta y aparece... ¡Karen Carpenter! Pobre Karen... Anoréxica. No tocaba mal la batería, pero te la encargo."
La muerte joven"Jodas aparte, no sé como habría seguido la vida de Kurt. Podría haber tenido un final feliz, amigado con Courtney y todo, o podría haber sido un desastre. Teorías de velorio. Esos que dicen que el que se mata es un cobarde... Para mí hay que ser muy valiente para matarse. Tenés que tener un dolor realmente muy fuerte. Todos alguna vez nos quisimos matar entre comillas. Pero de ahí a hacerlo... No le veo el negocio a la muerte joven, ¿entendés? Hacer algo para que lo disfruten los demás es estúpido. Es lindo en los otros, pero en uno no es muy práctico. No podés levantarte al día siguiente para ver la noticia en el diario."
La Nación. 1/4/2004

jueves, 16 de abril de 2020

Digo de vos

“El movimiento de rock busca eco en una audiencia demasiado atenta a los vaivenes políticos. Un solo exponente crece en convocatoria , en consenso entre las nuevas capas de adolescentes , un solo numero dentro del rock se agiganta: el dúo Sui Generis.
Ese flaquito que conocí en Mar del Plata, con la cara manchada, como un caballo tobiano, larguirucho y talentoso, junto a su acólito pintón, ha dado en la tecla del gusto adolescente. Sus canciones exploran los conflictos de la clase media , los chicos de la secundaria y sus vaivenes emocionales. nada de lo que hace Sui Generis es demasiado comprometido, ni a nivel musical ni en el aspecto literario. Pero está bien hecho. Las armonías de las canciones tienen una vuelta mas de tuerca con respecto a las de Los Gatos, pero no se arriesgan a las combinaciones o contenidos ingeniosos de Spinetta , Javier Martinez o Ricardo Soulé. Son recatados en sus propuestas, incluso en el plano lírico, en el cual, a pesar de usar un lenguaje claro y directo (evitando car en el remanido surrealismo) , llegan hasta los limites prudentes en lo social. Rehuyen astutamente el tema político y planean en una atmósfera de superficialidad con un humor que parece encajar perfectamente en una adolescencia torturada por las discusiones políticas de sus mayores . Incluso los universitarios más jóvenes se ven representado por este cancionero que habla de lo que pasa con gracia y buen ritmo, estrenando timbres de sintetizadores , haciéndolos bailar y olvidarse de los enfrentamientos entre facciones de izquierda y derecha.
De vez en cuando, algún tema de Charly Garcia toca la frontera de lo punible, como el caso de “Botas locas”, que le costará un buen dolor de cabeza “a la uruguaya”.

Vemos

“Luego de usar cientos de horas de estudio al fin al era como un disco de Dr. Jekyll y Mr. Hyde y así lo entregué sabiendo que estaba todo mal, de hechos ni a mis propios temas los había producido bien. En ese momento aparece Charly Garcia y produce nuevamente las mezclas dejando de lado 1 de los 2 estilos. Así es como quedan casi la totalidad de mis canciones, cuando en realidad pensaba que tenían mas chances las otras, algunas muy buenas y muy bien producidas, pero al final por lo menos y también homogeneizado por la mezcla de Charly salio a la venta un disco coherente, que no produjo demasiado revuelo.
Lo que no me imaginaba es que iba a ser relanzado al año siguiente aprovechando la coyuntura de la ley de divorcio y mi canción “Vía México”, bue...el destino es así.
Hay canciones que me gustan y la mano de Charly se nota brillante por momentos. Es un grato recuerdo de aceptación popular lo que no es poco”.
Miguel Zabaleta
“Cuando Charly se puso a escuchar, me saltaron todas las alarmas. Me dijo: “Tus temas son de otro disco”, los eliminó y se cayó todo mi castillo de naipes”.
Jorge Minissale

jueves, 9 de abril de 2020

El show de los muertos

También en Nueva York, vivía otro amigo argentino: el artista Mariano Airaldi. Como él siempre fue muy moderno, nos propuso hacer un show en una casa de velatorios que había rentado para transformarlo en un espacio dedicado a las perfomances. A Charly le gustó la idea y armamos versiones de los temas para tres músicos. Airaldi hizo afiches y los pegó por varias paredes de Manhattan: “Charly Garcia at EFH this friday”, decían. Caminábamos por distintos barrios del Downtown y los veíamos en todos lados. Con las ironías del caso, ya que se trataba de un lugar donde podía haber espíritus y energías especiales, tocamos un show donde se destacaba el estreno de una canción: “De mi”. Habia prensa y gente de MTV filmando el recital para pasarlo en la hora semanal que tenían en español. Entre el publico, en el que habían muchos argentinos y algunos latinos, se encontraba alguien a quien quiero mucho, un hada madrina espiritual: Ludovia Squirru. Ella es muy amiga nuestra y esa noche la invitamos para que nos protegiera, ya que algún espíritu de la sala velatoria podía estar esperándonos para llevarnos. Con su presencia, todo salió bien. Ella conocía a Charly desde antes, incluso aparece en el videoclip de “Estoy verde”, bailando con Fito Paez y otros personajes.
Esa noche, después del show, nos quedamos en la vereda charlando por un largo rato de lo increíble de tocar en ese lugar, de lo generosa que había sido la vida con nosotros, del “gato de metal” (signo de Charly en el horóscopo chino) y de los “caballos de fuego” como yo. Era pleno verano y hacia mucho calor. Yo andaba con unas chancletas Converse que uso desde entonces. Fue ahí que ella observó un problema que tengo en mi pie derecho. La cuestión fue que, Ludovica, en un momento de intensidad emocional, agarró mi pie derecho y lo empezó a masajear...En el medio de la calle! me decía que mi pie necesitaba mucho amor para ponerse mejor y no lo largó por una hora mientras lo acariciaba. Cuando ya estaba durmiendo en lo de Alfi, muerto de cansancio después de semejante noche, sentí un dolor punzante en el pie. Cuando me levanté, no lo podía apoyar. Estuve así por dos días. Cualquiera que haya viajado sabe que es imposible estar en Nueva York sin poder caminar. . Algo falló con ese amor que le diste a mi pie, querida Ludovica.
“I´m Zorry” Fabian Von Quintiero. Planeta. 2014

Operación densa

“...las canciones de Pubis angelical comprueban la teoría de Charly sobre la correlación natural entre músicas e imágenes/ideas. De hecho, Garcia hizo la música antes de que se filmara la película: “Con un cronometro y la portaestudio, me sentaba a un piano y le decía a De La Torre que me dijera qué era lo que pasaba. No sé, hay una ventana, se acerca la cámara, se abre la ventana, enfocan a ella, me decía mas o menos el tiempo que él pensaba que iba a durar cada escena. Y después usó la música para filmar”.
Es decir, la banda sonora de Pubis angelical significó para Charly un trabajo como traductor musical de una película todavia inexistente. Es más, De La Torre modificó la película a partir de la música de García: “Con este método de trabajo , yo me imaginaba cosas que no estaban y muchas escenas del filme las sugería la música”.
Algunos temas del disco repiten sus melodías centrales en distintos momentos y a través de arreglos diferentes. ese es el caso de ‘Operación densa’, ‘Tribunales del futuro pobre’ y partes especificas de ‘Despertar de mambo? y ‘Transatlántico art deco’.
La idea de que Pubis angelical es Tango a lo Pink Floyd es un eslogan ingenioso que García utilizó en la época para describir y promocionar la música del disco. Finalmente quedó como una síntesis conceptual del álbum: “(Raul De La Torre) Me dió el libro de Pubis angelical para leerlo y me gustó. Cuando me preguntó que tipo de música yo encontraba adecuada para su film le respondí: “Tango, pero tango a lo Pink Floyd”. En verdad, como el propio Charly confesó en una entrevista, el “estilo” del disco es un híbrido que en su heterodoxo cruce de géneros confluye en la “ambigüedad”, un atributo al que Garcia incluyó como forma elemental de su estética: “En realidad, lo que compuse para su película es una mezcla : hay tango, jazz, folclore y ritmos clásicos-románticos”. De todos los temas de Pubis el mas cercano a la ecuación Floyd + tango es “Despertar de mambo”, que parece unir en un mismo solo de sintetizador los paisajes sonoros de la banda inglesa post Barret con el Piazolla fascinado por el rock prog de mediados de los 70’. El titulo remite al inicio, tanto de la película como de la novela, en el que el personaje de la actriz se despierta y descubre que ha sido narcotizada por el Amo (las poses y los suspiros decadentistas de Graciela Borges para representar la situación son antológicos).
“No bombardeen Barrio Norte”. Martin Zariello. Vademecum. 2016

No quiero ver al doctor

Enseguida empecé a darme cuenta de que Charly estaba muy por encima de la media de la inteligencia común de una persona.Y esa inteligencia, es la que lo hace por momentos un hombre brillante, pero también resultó que utilizaba esa brillantez para no tomar el remedio. Le escapaba a todo eso y los enfermeros recurrían a mí. Ya había inventado muchas cosas, entonces me fui a la ruta, donde había un patrullero con dos agentes. Me acerqué al mas joven y le digo: “Mirá, te traigo un papel como para que te ganes un Oscar. Yo ahora voy a volver al estudio. Ustedes van a entrar y van a ver que el estacionamiento está pegadito al estudio. Vos tenés que preguntar por el señor Ramón Ortega y decir que traés una orden de detención del juzgado, firmada por la jueza de Luján. Yo te voy a preguntar porqué y me tenés que decir que porque no se están cumpliendo con unas normas que se habían establecido y que tiene que ver con un paciente que no estaba tomando la medicación. Y al ser yo el responsable me tienen que levar detenido.Te vas a acordar?”. “Si, si”. “Bueno, entren con la sirena a todo lo que da, eh”.
Entonces vuelvo, me voy al estudio, estamos grabando y al ratito se escucha “wwhhoooaaaaa”. Charly me mira y dice: “Y eso que es?”. “No sé, salgamos a ver”, le digo. Y se viene conmigo.
- Señor Ramon Ortega, por orden del juzgado, tenemos una orden de detención.
- Porqué? Que pasó?
- Porque según se ha detectado, el paciente Carlos Alberto Garcia Moreno no cumple con las pautas de tomar la medicación.
- Creo que se equivoca, que no es así.
Y ahí apareció Charly.
- Yo la tomo. Quieren ver?
Charly abre la palma de la mano y dice:
- Que quiere? que me las tome todas juntas o una por una?
- Lo que usted sepa que está estipulado, no es asunto mío.
En ese momento, Charly agarra el vaso de agua y papapapa, se manda todo un puñado para adentro.
- Vio?
- Ok, informaré y veré que curso sigue la orden. Buenas noches.
Así vimos al patrullero yéndose, con las sirenas a todo lo que da. Nos quedamos solos y Charly me dice: “Ja...como te salvé!”
Palito Ortega
“100 veces Charly” Jose Bellas / Fernando Garcia. ediciones B. 2016

Alguien que me emparche un poco

Yo también toqué el timbre a las 3 de la mañana y subí al séptimo piso para estar con Charly García. La diferencia, en todo caso, es que yo no me metía en la cama. Me sentaba en el piso.
Cuando estaba contenta y necesitaba aflojar un poco la estructura superrigida que me había autoimpuesto, caminaba las cinco cuadras que separaban mi departamento de su casa. Tocaba el portero y Charly me recibía con cariño. Lo escuchaba tocar y me mostraba sus canciones nuevas. A veces tomaba alguna de sus pinturas y me ponía a pintar con él, los dos rodeados por silenciosa suaves y tranquilos. Necesitaba poder disfrutar de Charly con otra cabeza.Mostrarle que yo también podía ser como una amante.
A veces le llevaba regalitos. Una vez, por ejemplo, le hice un compilado con escenas suyas en televisión. Apenas vio el video, salió corriendo.
- Que miedo! Que miedo!
Eran sus temores atávicos, sus paranoias.Cada vez que aparecía una carta documento en su buzón del correo, Charly la tiraba a la basura sin siquiera mirarla o dársela a algún abogado. Así, sin saberlo, se declaraba en rebeldía ante la ley y gatillaba todos esos procesos legales y juicios que han puesto en jaque su economía mas de una vez.
Aunque mi situación nunca fue holgada, llegué a prestarle plata. También me banqué agresiones y asistí a cosas muy feas, como cuando apareció una chica diciendo que era su hija y su madre empezó a llamarme insistentemente por teléfono. Quería tomar clases decanto conmigo. El morbo de los años 90. Muchas veces, con mi moralina a cuestas, incluso le hice a Charly alguna advertencia.
- Ojo que esto sale caro - le decía.
- Sí - me respondía él - Ya sé que sale caro.
Sentada sobre la alfombra del living, podía ver l solo que estaba. En ese sentido, creo que mi presencia lo relajaba. Una vez mi dirigió una mirada que interpreté naturalmente: “sos una compañera”.
Para entonces yo vivía en un departamento de Aguero y Berutti, prácticamente a la vuelta de la casa de Charly. A veces volvíamos juntos de alguna fiesta y compartíamos el taxi. Recuerdo, por ejemplo, una celebración en la casa de Rinaldo de la que volvíamos a altas horas de la madrugada. Charly me miraba dispuesto a un poco más. Solo un poquito más. Pero yo siempre volvía a mi casa.
“Asesínenme. Rock y feminismo en los años 70”. Maria Rosa Yorio. Planeta.2019

Algún día vas a ver al cretino gritar