“El movimiento de rock busca eco en una audiencia demasiado atenta a los vaivenes políticos. Un solo exponente crece en convocatoria , en consenso entre las nuevas capas de adolescentes , un solo numero dentro del rock se agiganta: el dúo Sui Generis.
Ese flaquito que conocí en Mar del Plata, con la cara manchada, como un caballo tobiano, larguirucho y talentoso, junto a su acólito pintón, ha dado en la tecla del gusto adolescente. Sus canciones exploran los conflictos de la clase media , los chicos de la secundaria y sus vaivenes emocionales. nada de lo que hace Sui Generis es demasiado comprometido, ni a nivel musical ni en el aspecto literario. Pero está bien hecho. Las armonías de las canciones tienen una vuelta mas de tuerca con respecto a las de Los Gatos, pero no se arriesgan a las combinaciones o contenidos ingeniosos de Spinetta , Javier Martinez o Ricardo Soulé. Son recatados en sus propuestas, incluso en el plano lírico, en el cual, a pesar de usar un lenguaje claro y directo (evitando car en el remanido surrealismo) , llegan hasta los limites prudentes en lo social. Rehuyen astutamente el tema político y planean en una atmósfera de superficialidad con un humor que parece encajar perfectamente en una adolescencia torturada por las discusiones políticas de sus mayores . Incluso los universitarios más jóvenes se ven representado por este cancionero que habla de lo que pasa con gracia y buen ritmo, estrenando timbres de sintetizadores , haciéndolos bailar y olvidarse de los enfrentamientos entre facciones de izquierda y derecha.
De vez en cuando, algún tema de Charly Garcia toca la frontera de lo punible, como el caso de “Botas locas”, que le costará un buen dolor de cabeza “a la uruguaya”.
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