viernes, 17 de enero de 2020

Tengo una ansiedad como de año nuevo

“Otra presencia, que no pasó desapercibida, aunque no dejó registro, fue la de un chico inquieto que tuvo acceso a las sesiones de grabación. Necesitaba casi desesperadamente ver eso, ser testigo de la actividad de actividad de aquellos músicos en el estudio. Habia escuchado el “Tema de Pototo” y si bien él era fanático de Los gatos, descubrió que en Almendra anidaba un concepto diferente. Su madre, una conocida productora de televisión, logró a través de sus contactos en RCA, que la dejaran ingresar a aquellas sesiones junto con su hijo. “No sé como se enteraba que Almendra grababa, y caía a TNT siempre con su madre - recuerda Ángel del Guercio -. era un pibe con un nivel de inquietud y ansiedad enorme, y nos resultaba medio rompebolas porque nunca estaba sentado, y en un estudio un tipo que camina todo el tiempo, te complica”. es así como el infatigable andar de Charly Garcia se hizo sentir en aquella grabación.
A través de Jacko Zeller, Carmen Moreno, la mamá de Charly Garcia, consiguió que Sui Generis pudiera grabar una maqueta de demostración en RCA. En otra sala, Almendra registraba su primer disco. Cuando Charly se enteró quiso ver la grabación.
“Spinetta. Ruido de Magia” Sergio Marchi. Planeta. 2019

Soy el que cierra y el que apaga la luz

“Un poco la mecánica de hacer el disco era que agarrábamos un tema por día. Yo había tenido una charla con Charly. Le había pedido si por favor podíamos hacer horarios “normales”. - Si claro, empezamos a las 6 de la tarde hasta la 8 de la mañana -. Estuvimos 10 días encerrados en el estudio Panda. El tema es que con Charly no era solamente la cantidad de horas, sino la intensidad y el nivel al que se trabajaba. Paramos 15 minutos para descansar? No, ni por casualidad! No existe el “paramos 15 minutos” con Charly. Si había que comer, Charly ponía el plato al lado el piano y mientras tocaba comía algo.”
“Fueron 10 días de muy buen trabajo. Nosotros llegábamos tempranito con Fernando, a las 10 de la mañana ya estábamos en el estudio y básicamente la mecánica fue así como les cuento. Se fueron construyendo un tema arriba del otro. Yo me acuerdo que en un momento a mi me daba un poquito de miedo, porque acostumbrado a escuchar discos de Charly tocados por músicos muy buenos. Antes de eso estuvo “Clics modernos” que lo grabó con músicos increíbles en los Estados Unidos, antes que eso“Yendo de la cama al living”, con Willy Iturri, con Pedro. Y este disco los músicos eran reemplazados por un teclado Emulator, que no es que vos tocabas y no te dabas cuanta que no era tal instrumento. Te re dabas cuenta!! Era una tecnología un poco antigua todavia. Entonces yo decía - como construir un disco basado en sonidos a”apócrifos” y hacerlos sonar grosos? - Y encima Charly no me daba mucho tiempo. Charly era de un ritmo de trabajo muy firme, muy intenso. Un tema, otro tema, otro tema, un canal, otro canal, un bajo, otro bajo, otro bajo, otra guitarra, otra guitarra...me quedé sin canales Charly!! - No importa, borrá el que te parezca - Después - che, el tecladito ese que hacia como burbujas - No, ese lo borré... - como que lo borraste?? - Era una situación difícil.”
“Para un músico creativo como Charly, 22 canales era como para un yanky desayunar un cuarto de medialuna y nada mas. La buena noticia era que no nos estábamos gastando, todavia, los 10 canales para batería bien grabada. A lo largo de 10 días el trabajo fue muy fructífero. Charly recién se largaba a tocar guitarra y la verdad que sorprendió porque tocaba con mucho groove. El algún momento se escucha un palancazo, que creo que fue un día que pasó el Negro Garcia Lopez y le dijimos que grabara un palancazo y lo grabó sin escuchar el tema y lo insertamos de alguna manera en un tema.”
“De los 10 días, 5 respetó los horarios, estuvo bien. Ya al 6 día terminamos a las 12, 12.30 y para el ultimo día empezamos un lunes y terminamos un jueves. Nos quedábamos sin tiempo, ya teníamos los pasajes y nos íbamos a Brasil a grabar algunas músicas. En Brasil aparece un percusionista, Chacal tocando unos bongos. Hizo una sola toma, de bongos, otra toma de la pandereta. Y Charly dice - y donde lo ponemos? - y mirá, grabemoslo de punta a punta y después vemos donde lo ponemos . Y quedó tan bien que quedó todo el tema.”
Mario Breuer
“Grabado en Buenos Aires . Parte de la Religión” Junio 2019

Una casa con tres personas en una mesa

“Entrabamos en crisis periódicamente y teníamos pequeñas separaciones. Yo me recluía en la casa de una tía que vivía sobre la calle Maipú, frente al departamento en que vivía Borges, hasta que Charly tocaba el timbre. Hacíamos el amor, nos reconciliábamos y volvíamos a Cucha Cucha. En aquellos días solíamos ir a los recitales de nuestros amigos. Un día, cuando se apagaron las luces y el show estaba por comenzar, nos dimos un re beso. Charly me miró a los ojos.
- Siempre te voy a querer - me dijo.
Esa frase podía interpretarse de muchas maneras. Pero había una cosa que estaba clara: una parte de nosotros se resistía a la separación: aun cuando la entrada de esas mujeres me hacia sentir insegura y todo empezaba a desmoronarse. Sui Generis preparaba su despedida, Charly se transformaba en una estrella y yo, en medio de ese torbellino, visitaba al psicoanalista Isaac Lerer.
- Acá viene gente con problemas y cosas por resolver - me explicó - pero vos estás clínicamente deprimida.
Ví los conciertos del Adiós Sui Generis desde la primera fila del Luna Park, sentada junto a mis padres. Ellos pensaban que Charly era un genio.
Como Diana Lía, Charly también estaba de blanco, tocado con una galera y su célebre barba de dos colores. Merced al Hada Patricia, nuestra vestuarista improvisada, los dos parecían celebrar un casorio pagano y secreto. Yo vestía de negro y Nito llevaba una simple remera. hay una foto bastante conocida, en los camarines del Luna donde aparecemos Charly, Nito, Diana Lia y yo. También está Liliana Lagardé, siempre activa y aplaudiendo. A la distancia, mi expresion de incomodidad me resulta inocultable.
Una vez que terminó el show nos fuimos caminando solos desde el Luna Park hasta Callao. Apareció Diana Lía, cenamos en el centro y nos encontramos con León y Alicia. En el final de la noche, Charly, Diana Lía y yo nos fuimos juntos a Cucha Cucha. Aunque nunca lo dijo abiertamente, la idea fija de Charly era acostarse con las dos. De repente me dí cuenta de lo que pasaba y mi reacción fue tomarla de la mano y llevarla hasta el ascensor, cerrarle la puerta para que bajara y se fuera. Después volví al departamento y sin mediar palabra nos acostamos. Apagamos la luz y nos dormimos.”
Maria Rosa Yorio
“Asesínenme. Rock y feminismo en los años 70’”. Maria Rosa Yorio. Planeta. 2019

Mientras los plomos cazan rehenes

“Viste cuando Garcia dice en el tema “mientras los plomos cazan rehenes”? Era eso. Nosotros lo que hacíamos era, les sacábamos el documento en la puerta y les decíamos, - querés entrar? Vení a ayudarnos y te lo devolvemos cuando termine - No podíamos, era un semi! (se refiere al camión). La gente estaba chocha, hacia fila para ayudar.
Me quedó grabado, mucho tiempo después, un día viene Marciano Cantero, de Los Enanitos Verdes, y me dice - “yo una vez fui a ver a Seru Giran a New York City (la disco) y vos me sacaste cagando, te dí el documento, fuiste a bajar (algo del camión) y se me cayó un anvil y me sacaste, “salí ciego de mierda andate!” - (risas)
Entrevista a Horacio Nieto. “Distinto Tiempo” Nacional Rock. FM 93.7.10/5/2019

Comida, no hay mas!

“La primera vez que lo ví en la clínica fui solo. Entré en una pieza que era como una celda, con barrotes incluidos. Charly estaba en un planeta lejano, muy medicado y lento. Yo le había llevado un teclado y auriculares. El tenia una guitarra acústica.
Estuve un rato. Me tocó dos temas que había compuesto con una voz balbuceante y movimientos lentos. Uno lo entendí y el otro no. El primero se me pegó en el momento. Cuando me iba le pregunté si quería que le llevara algo de comer.
- Mataría - respondió.
Le conté que había abierto un restaurant nuevo, le prometí que le llevaría ravioles con pomodoro.
La siguiente vez fui con Samalea. le llevé los ravioles de ricota y berenjenas que le habían dedicado los muchachos de Bruni. El tipo de seguridad de la clínica nos miró con sospechas.
- Que traés en esa fuente?
- Ravioles - contesté
Ahí nomás me abrió el plato que venía envuelto con papel aluminio y los revisó como si estuvieran escondida alguna cosa. Lo miré y le dije: “no son ravioles paranoicos”.
Era lo que le había prometido a Garcia. Lo dije con ingenuidad. “Ravioles” no es una oportuna en un lugar como ese. Cuando finalmente nos dejaron entrar, Charly se los devoró”.
“I’m Zorry” Fabian Von Quintiero. Planeta. 2014

No llores nena que no es la muerte

“Entramos a Tribunales tomados de la mano. Nos sentamos esperando que nos hicieran pasar al despacho del juez. Charly ya no era el chico raro y tan poco agraciado del primer Sui Generis. La mancha de vitiligo que le blanqueaba la mitad de la cara estaba a su favor, creando el famoso bigote bicolor, el cabello color frutilla mas largo y un guardarropa algo ampliado y divertido. No se me cae ningún anillo si digo que fueron “las chicas” las que lo pusieron lindo.
Entramos al despacho del juez -me llaga a la memoria su sonrisa dulce - , que unos días antes nos había mandado a repensar si estábamos seguros de querer divorciarnos.
La decisión estaba clara. Entramos. Firmamos las actas. Nos fuimos sin hablar, tomados de la mano.
En la esquina nos dimos un beso y yo me fui a la casa de Beba. Charly partió rumbo al coqueto (pero hotel al fin) Impala, en Libertad y Arenales.”
“Asesínenme. Rock y feminismo en los años 70”. Maria Rosa Yorio. Planeta. 2019

Rehén

Maria Florencia Zabala conoció a Charly Garcia en la presentación de Clics Modernos en el Luna Park. Ninguno de los dos lo recuerda, porque Garcia fue ovacionado por miles de personas esa noche, y jamás hubiese podido conocer a todos los que se acercaron a verlo, y por Florencia tenía solo dos años en ese entonces. Fue en 1983 y la niña se durmió en medio del show en brazos de su padre, Willy, tan fanático del músico que decidió llevar a su hija esa noche.
Pero la historia no terminó allí. Catorce años después Florencia y Charly se reencontraron y esta vez sí fue algo para recordar. Ella tenía 17 y no dudó en ir a saludar al compositor, que había cumplido 47, cuando cuando lo vió tomando algo con amigos en el pub Jupiter. “Te sigo desde la cuna”, le dijo la morocha emocionada y en ese momento comenzó un romance que sorprendería a sus propios padres y que llegaría a ser noticia. En un comienzo Willy celebró el vinculo - “ahora me puedo morir tranquilo”- dijo después de la presentación oficial de Garcia en la familia, que incluyó una improvisada sesión de pasodobles para Maria Luisa y Cora, su madre y abuela, pero de a poco las peleas de pareja le mostraron una faceta desconocida de su ídolo. “No sabía que era tan machista”, le confesó a la prensa alguna vez en referencia a los problemas que enfrentaba su hija. Y es que las peleas se daban a diario y tomaban estado publico porque el artista solía amenazar con el suicidio cuando ella desaparecía o se negaba a salir a escena en recitales si ella no estaba. “Tráiganme a mi amorcito!”, gritaba desde los camarines enfurecido.
El romance, sin dudas, fue caótico y ciclotímico. En la misma semana en que anunció que se casaría con ella en las Islas Malvinas, nada menos que con el presidente Carlos Saul Menem y Mercedes Sosa de padrinos, el artista apareció en el programa de televisión La Viola diciendo “Fuck you a la psicóloga de Flo” con su dedo mayor en alto.
En una de las tantas peleas que mantuvieron, Garcia cruzó un límite. Mientras era entrevistado por un grupo de estudiantes de periodismo, decidió reconciliarse con su Lolita y llevó a los jóvenes junto a él en un auto hasta la escuela nocturna de Enseñanza Media N| 5 de Ituzaingó, en donde estudiaba Florencia. En el umbral del edificio escolar, toda su división y los novatos cronistas presenciaron una fuerte discusión entre ambos, que terminó con la adolescente corriendo hasta una comisaria cercana. “Me llama todos los días, vive persiguiéndome, ayúdenme”, le dijo a los policías. Presentada la denuncia, regresó a su casa, hasta donde fue enfurecido su ex. Timbrazos y golpes en la puerta obligaron a Willy a salir a calmar a su ídolo,quien le propicio patadas al grito de “Fuck you, fuck you”. Pronto llegó un patrullero. que lo esposó y llevó a la comisaria, no sin resistencia. Las crónicas periodísticas de ese momento detallan que dos agentes policiales terminaron con golpes y arañazos en la cara al intentar reducirlo.
Mucho de lo que sucedió con este amor tormentoso se ve reflejado en Rock and Roll Yo, la placa que el músico editó en 2003, cuando la relación ya estaba terminada pero habían logrado hacer las paces. De hecho, en Rehén, Garcia parece pedir disculpas a Florencia: “No está bien y no está mal, no es famosa, tampoco es normal: ella es mi gran rehén”.
“Quién es la chica” Agustina Larrea / Tomas Balmaceda. Reservoir Books. 2014

Dileando con un alma

“Al día siguiente, Garcia viajó a Texas. El pretexto era el evento de una discográfica que incluiría la presencia de Pete Townshend, el guitarrista de The Who. Maria Eva, quien solía grabar a Charly en su estudio hogareño de Fitz Roy y Aguirre, mientras delineaban Kill Gil, voló a Estados Unidos para acompañarlo. La estadía, colmada de problemas e imprevistos, derivó en la inesperada internación del Artista por pancreatitis. Cuando logró regresar a Buenos Aires, el asunto empeoró. Sin duda, requería de un tratamiento medico. Una noche, con su amiga Marina Belaustegui y Kabusacki lo llevamos en ambulancia hasta la Clínica Santa Isabel de Caballito. Bastante preocupados, esperamos mas de dos horas en el hall, luego de que nuestro paciente estelar fuese subido al décimo piso. Pero, como si se tratase de una broma, una enfermera bajó a preguntarnos por él. Le dijimos que pensábamos que estaba internado arriba. Al rato se corrió la voz: ¡Charly García se había escapado!
Tres días después, volví a reencontrarlo en el Hotel faena, como si nada hubiese ocurrido. Continuaba firme con sus planes de grabación y de movilizar a la Humanidad entera. Contaba a los gritos su aventura a los Estados Unidos, pero interpretada de forma particular: “Llegué en silla de ruedas, fui al show de Pete con Adrew Oldham, me quedé unos días en un hotel y rompí todo, tipo la película Tommy, me quise escapar pero en el aeropuerto me invitaron a quedarme un una clínica. Ofrecieron cambiarme la sangre y yo me recopé. Me dieron flanes violetas y me inyectaron sangre de vírgenes del Amazonas, pero cuando llegué acá me internaron de nuevo”.
García había comenzado lo que él mismo definía como “recorriendo hoteles”, un peregrinar caótico que continuó por el Naciones, luego otro hotel cercano al Obelisco, un breve regreso al faena y por último el Holiday Inn del Paseo Colón. Por entonces le gustaba hacer declaraciones polémicas: “Yo soy lo más y todo lo demás no existe. O son sordos? ¡No entienden nada? ¡es todo negocio, solo para vender revistas? El rock se volvió una cagada. Ahora solo hablan de Shakira, de Juanes y de esos colombianos sin apellido. “. También observó graciosamente “¡vistes que los padres les cantan a los chicos para que se duerman? Bueno, ¡Yo quiero que se despierten! Ácido ante el micrófono. se permitía días de prensa amarilla, que en parte lo divertían mucho. Autoproclamado Rey de la Argentina, estaba decidido a llevar mucho mas lejos sus conceptos: “Los genios somos genios en todas las áreas; yo puedo ser un genio matemático, si quiero”, o “Yo soy todos los adjetivos que terminan en oso: vanidoso, orgulloso, morboso”. En su deambular, también ocupó una habitación en el Hotel Bauen. “No maten a los héroes!” gritó ante cámaras paparazzis al salir abruptamente y cruzar la Avenida callao, mientras insultaba a uno de los reporteros que hacia guardia en la puerta, sediento de drama. Pero, advirtiendo que no tenía un solo peso encima, Charly le preguntó con amabilidad al mismo periodista insultado: “No me llevás al Faena?”.
Como no contaba con una banda fija, el Artista me propuso hacer algunos shows informales. Pareció convencido de que él con un teclado o guitarra y yo, en batería, mas unas pistas pre grabadas en determinados casos, sería suficiente. La primera experiencia fue en Crobar, en los Arcos de Palermo.
- ¡Maestro, vos sos un adelantado! - le gritaron al Líder carismático en la puerta de entrada del club.
- No, los demás están atrasados...yo no imito a nadie.
- ¡Los demás te imitan a vos!
- Sí, me imitan. Ahora, hay que imitarme a mí, eh...
Ambos ocupamos el pequeño escenario de Crobar. Comenzamos a tocar sobre pistas de Kill Gil, trenzándonos en larguísimas zapadas que cada tanto dejaban asomar algún clásico. García se ofrendaba a su público ocasional en plan Dalí, asistido por una adolescente pelirroja que él llamaba “Florcita”, quien se mantuvo al costado del palco atenta a todo requerimiento. Con un disco inédito de dominio público - que una mano anónima había subido a internet sin su consentimiento -, el Artista continuaba su inclasificable cruzada. Como de costumbre, tenía en la manga buenas canciones, entre ellas “Pastillas”, “In the City” y “King Kong”.
“Mientras otros duermen” Fernando Samalea. Sudamericana. 2017

Desfile aguila y leon

Terapia Intensiva fue mi primer disco a solas con él. Era un proyecto que inicialmente no tenía mucho presupuesto, entonces no alcanzaba para pagarle a Amilcar, que cobraba mucho mas que yo. Charly tenía muy pocas compuestas de antemano y experimentó en el estudio. Ese mismo año, Miguel Krochik trajo a la Argentina uno de los primeros samplers, el Emulator I. El primero se lo había comprado Mariano Mores, apenas salió al mercado. Krochik me llamó desde Nueva York para decirme: “¡Mario, acabo de comprar una orquesta en una lata!”. Cuando nos mostró lo que podía hacer, todo el mundo quería grabar con ese aparato maravilloso. Era como un teclado del tamaño de una mesa ratona rectangular y los sonidos se cargaban con diskettes de 5 1/4. En mayo hicimos Terapia Intensiva de Charly con ese sampler, en Panda. Ese disco fue el puntapié inicial de cinco meses intensivos de trabajo, grabando y produciendo en conjunto: la producción de Lluvia de Gallinas (1984) de Sueter, Celeste y la Generación (1985) de Celeste Carballo, Tango (1986) - que Charly grabó con Pedro Aznar - y Detectives (1985) de Fabiana cantilo. Ya éramos una dupla productiva: “Colmillo y Tobillo Productions”. Todo el mundo preguntaba quién era Colmillo y quién Tobillo, y nosotros decíamos: “va cambiando, a veces yo me levanto mas Colmillo que Tobillo, y así”. Y no se explicaba mas al respecto.
Trabajar cerca de Charly me permitió darme cuenta de que muchas ideas que yo tenía estaban buenas. Como me pedía que me involucrara mas en el proceso creativo, empecé a hacerlo desde el punto de vista de la producción. Su frase era “Tirame onda”, para que no me quedara solo apretando botones y perillas. Yo proponía y él disponía. Hacía las maquetas de sus temas en ingles. La letra definitiva en español se ponía cuando estaba toda la música compuesta y el disco terminado. Un día, en su casa, le pregunté: “¿porqué en inglés?”. Hacete una letra, yo voy a tocar y vos tratá de cantar, fue su respuesta. “Primero hacelo en inglés y después en castellano”. Charly empezó a cantar a tocar y se me cayeron veinte letras, al mismo tiempo, como si tuviera tres bocas. Cuando terminé me propuso: “Ok, ahora hacelo en castellano”. Y no me salía nada, porque cualquier cosa que estuviera por decir, me daba vergüenza. “Viste, Mario?”.Por eso es mas fácil componer en ingles”, me dijo.
Fue un gran aprendizaje en mi carrera. García es mi gran maestro, sobre todo de producción, de los procesos dentro del estudio. Mas allá de nuestra relación profesional, ya lo admiraba como compositor desde Sui Generis. Me acuerdo especialmente de un día en Nueva York; esperábamos para cruzar la calle, entonces miré al costado y él estaba ahí. “Estoy en Nueva York con Charly”, pensé, mas allá de la obviedad. Me pregunté que significaba eso para mí y no lo pude cuantificar, porque durante muchos años había fantaseado con estar aunque sea una hora es un estudio de grabación con él; de ese sueño a estar paseando por Manhattan o proponerle cómo lograr un efecto, era un cambio muy grande. Mis sueños de adolescente y postadolescente habían sido brutalmente superados. “
Mario Breuer
“Rec & Roll. Una vida grabando el rock nacional”. Mario Breuer. Aguilar. 2017

Invitame a ver tu historia

Leon Gieco: “y bueno, entonces en un momento nos juntamos con Charlie, Nito y Porchetto porque yo les insistía siempre a Charlie , a Porchetto, a todos que no le demos los temas a la editorial porque...Gustavo Santaolalla me había apiolado de eso, cuando yo hago el primer disco la editorial PAMSCO casi me obliga a darle los temas para la editorial, son todos editorial PAMSCO, dentro de la misma compañía estaba la editorial, entonces los tipos te obligaban a decir - mirá, tenés que darnos el treinta y tres por ciento de las canciones porque nosotros te vamos a mandar todas las canciones al mundo - fue una cosa asi, entonces, Gustavo Santaolalla viene y me dice - tené cuidado con darle los temas a la editorial porque la editorial se queda con el treinta y tres por ciento pero se queda con algo muy superior a todo eso. La editorial pasa a ser dueña de la canción para toda la vida con vos, o sea, vos compones la canción y pasás a tener un socio dueño de la canción y vos ya la canción no la podes mover más a ningún lado adonde vos quieras moverla sin autorización a la editorial - entonces, yo, hinchado las pelotas con eso con Charlie y con Nito y con Porchetto nos juntamos para hacer nuestra propia editorial. Nos juntamos con un abogado , fue en la casa de Charlie, allá por la calle Piedras, y bueno, que pasó? Nos tomamos dos vinos, un porro y se pudrió todo y en vez de una editorial hicimos un recital, nosotros no éramos para hacer una editorial, menos con Charlie, entonces empezamos a tocar la viola y que se yo - Y porqué no hacemos un concierto che? - y salió por ese lado, y bueno, entonces hicimos un recital en el Auditorio Buenos Aires. se llamaba “Porsuigico y su banda de avestruces domadas”.
Nito Mestre: Entonces, dijimos - podríamos tocar para hacernos recontra de abajo -. Hicimos unos volantes en fotocopia y los fuimos a pegar nosotros mismos. , pero la historia era que no íbamos a hacer promoción ni nada de que nadie se entere y era que los que sospechen porque sospechan de que algo puede pasar que vayan. . entonces, hacemos una función o dos, de trescientas personas, acústica, con todo lo que habíamos ensayado. Nosotros hacemos los afiches, los volantes, y salimos a pegarlos, entonces, yo me acuerdo que salí con León por una vereda de Corrientes y Charlie con Raúl de la otra. , con el tachito, de noche tarde, un día de la semana, y pegábamos nosotros, todo Corrientes, pegábamos así, después hicimos Florida otro día, y pegábamos nosotros con el tachito, super reos para que nadie se dé cuenta. . Y fuimos a una sola radio donde el tipo habló y nosotros no hablamos - va a tocar Porsuigieco y la banda de avestruces domadas - . Cosa que se llenó, varios se dieron cuenta de qué podría tratarse, o se corrió la bola, qué sé yo, se llenaron las dos funciones al taco, bien.
Maria Rosa Yorio: la cosa fue así, ellos empezaron a hacerse conocidos, sacan su disco, empiezan a ser conocidos, entonces, es como que también en un punto no se la quieren creer y arman un grupo sustituto que era Porsuigieco, y ahí cantábamos, y ahí Charlie me dio esa canción “Quiero ver, quiero ser, quiero entrar” que enseguida me calzó justo que era una canción que había compuesto a sus 15 años, y él me dijo - esta canción es para vos - y me la dió - tac - así, un día, si, me acuerdo tal cual, así, en la casa de Litto, y yo la aprendí toda, para mi era un feeling porque era...¡viste la letra de esa canción? es maravillosa, no? y como tema, muy interesante. Y a la gente le encantó.
“Rock de acá 2” Ezequiel Abalos. 2011

Algún día vas a ver al cretino gritar