jueves, 6 de agosto de 2020

El amor espera

“Yo había dejado en manos de Charly la producción del disco, porque lo considero muy idóneo para eso, pero a la vez me sentía en el papel de cable a tierra de él. Eso sucedía por una lógica de comportamiento mas que de intención.
Probablemente Charly piense otras cosas de todo esto. Mi forma de ir al frente es muy diferente. Mi egomanía también es diferente: no quiero figurar en la tapa de la Rolling Stone, no tengo ambiciones que para mí son burdas. Me interesa una vida desde el seno de mis hijos hacia la música, en una relación directa o si se quiere estimulada entre una cosa y la otra. Desde el punto de vista de Charly quizás yo sea un personaje con miedo a ciertas cosas. Sobre todo tengo miedo a hacer el ridículo, y él no le tiene miedo a eso.
Durante el tiempo que trabajamos juntos yo me sentí muy necesitado. Traté de estar cuando él me necesitaba, pero después me sentí rechazado y me dolió mucho. Pensé que había cometido un gran error al acercarme a él para hacer un proyecto. Tolero que nos veamos para compartir una charla intima, sin chupamedias de turno, pero no podemos embarcarnos en un proyecto porque quedaron un montón de cosas no resueltas. Creo que me tiene una especie de celo ancestral y pareciera que nunca se dió cuenta de lo mucho que lo admiro. Algo de eso hubo en los rayes que tuvimos. Como si el fuera el único en papel de admirador, mientras yo no encontraba la manera de hacerle entender que también me puedo mear con sus canciones. Desde hace unos años Charly me viene invitando regularmente a que hagamos algo, pero yo me rehúso porque no quiero vivir su entorno”.
“Spinetta. Crónica e iluminaciones”. Luis A. Spinetta / Eduardo Berti.

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Algún día vas a ver al cretino gritar