domingo, 30 de julio de 2017

Te amo, te odio, dame mas

“Una tarde escuchamos Clics Modernos recién grabado, en compañía de su novia Palemberg. Alguna vez servi de asistencia al potencial suicida, compañero de tragos o similares cosas, y él (que es uno de esos artistas capaces de desprogramar el ego de los músicos que se le arrimen) me trajo de Estados Unidos el Roland Juno 60 (que le robaron a Fabian con los Soda) y colaboró con impulsar mi aventura solista desde el primer momento.
Nos subimos mil veces a zapar en cualquier lado, casi siempre yo tocaba la batería, aunque a veces también la guitarra o el bajo.
Caminábamos por la playa en Pinamar y comíamos rabas con clericó. Vimos juntos un par de mundiales y mas cosas que forman parte del patrimonio de los olvidos.
Hasta que, quizás por un descuido mio (y advertido de que estas cosas pasan), decidí - o descubrí - que no había lugar para dos egoístas en mi vida, había elegido a un rival demasiado competitivo, en materia musical un contrincante complicado y altamente cualificado.
En otros campos de batalla soy porcentualmente infalible.
Hasta el día de hoy me sorprende estar en la primera linea de la aristocracia rockera argentina, , sin embargo entiendo la mayoría de los procesos (precipicios) interiores de los últimos bastantes años del ciudadano Garcia. Porque yo también me fui a naufragar en una balsa sin madera, y porque conozco alguna de las sensaciones de tirarte de un tren en movimiento y reincorporarse lerdo, sentirse aburrido, ancho y ajeno; y creer que nunca mas vas a recuperar la chispa adecuada.
No se si Charly es bueno, malo o masomenos. Supongo que habrá quienes tengas esa misma duda conmigo.
Ahora vuelve aunque nadie entienda de dónde vuelve (tampoco es que cualquiera pueda entenderlo todo), y yo no tengo dramas con citizen Charlie, ademas ya somos grandes como para molestarnos por otros conflictos que no seamos nosotros mismos, la vida y la muerte.
Como compañero le deseo, para el viernes, buen sonido en el escenario, una noche primaveral y buen humor. Con todo eso, y viento a favor es muy probable que la gloria diga “presente”, virtud de las miles de manos que le aplaudan y las gargantas que le canten.
18 de Octubre de 2009
“Paracaidas & vueltas. Diarios Intimos”. Andres Calamaro. Edit Planeta

Sabía correr, podía reir!

"No era muy común que Donald - el cantante, no el pato - estuviera en la calle a esas horas de la madrugada. Una de sus hijas había ido a un baile en la casa de una amiga y como un buen padre la fue a buscar. Ya estaban por volver a casa, cuando distinguieron un tumulto, que a lo lejos se confundía con las luces de Punta del Este. Precavido, cerró las puertas. Y lo bien que hizo: una turba se dirigía rumbo el automóvil. Donald trató de entender la situación: un tipo alto y flaco que corría como loco era perseguido por una muchedumbre. Estaba por arrancar e irse, cuando su hija le pegó el grito de alerta.
- Charly! ¡Papa, es Charly! Abrile la puerta que lo corren, gritó ella.
Efectivamente, era Charly que llegó muy agitado al automóvil. Donald le abrió las puertas, puso primera y salieron carpiendo justo a tiempo para evitar el linchamiento. Atrás quedaron las furiosas bestias. La hija de Donald no lo podía creer, ni él tampoco. trató de saber que era lo que había acontecido pero el relato de Charly no le brindó demasiadas precisiones. Dejó a su hija en casa y se ofreció a alcanzar a García hasta su lugar de residencia.
- Donald: cantá Pinocho - le pidió Charly en el camino de vuelta a su departamento.
Era una petición rara, ya que “Pinocho” fue el único hit de los Maky Mak’s, un efímero grupo de su hermano Buddy Mc Cluskey. Donald tuvo varios éxitos como los inolvidables “Tiritando”, “Compañeros” y “Scababadibidú”, el primer reggae argentino, pero Charly lo asociaba con el tema de Buddy. Tuvo que hacer un esfuerzo para recordar la canción. Se puso a cantar y enseguida García se animó con los coros. “No sabés las armonías que hacia”, me contó Donald tiempo mas tarde. Lo dejó en su hogar, Charly agradeció, y al día siguiente fue a ver el show de Donald. Lógicamente, terminaron tocando juntos.”
“No digas nada. Una vida de Charly Garcia”. Sergio Marchi. Sudamericana.

viernes, 21 de julio de 2017

Charly & Charly

“Pero lo mas curioso no fue ver a Menem con los Stones, sino el encuentro que tres años mas tarde se produciría con Charly Garcia. Ambos se habían conocido personalmente a fines de 1998, en la producción fotográfica de “Los Personajes del Año” de la revista Gente. Aunque el músico había amenazado en 1989 con irse del país si Menem ganaba las elecciones, pero el Presidente fue esa noche a saludarlo con simpatía. Según el diario Clarin, Menem se jactó de haber estado “escuchado El Aguante todo el día, en referencia al ultimo disco de Charly”. La cumbre máxima se produjo el 30 de junio del año siguiente, cuando el músico ofreció un concierto privado en la residencia presidencial para el primer mandatario, su hija Zulemita y unos pocos privilegiados del circulo intimo. La grabación sonora de ese acontecimiento circuló luego de manera apócrifa bajo el nombre de Charly & Charly, donde no solo se escuchan las piezas de Garcia, sino también las voces de Zulemita Menem y hasta el crujir de carnes asándose a la parrilla. Al termino de las siete canciones . se oye un piano, aparentemente ejecutado por el propio Menem. El disco pretende reflejar la informalidad de un episodio que, por el contrario, fue minuciosamente concebido.
En la realización del evento fue clave un hombre de Alberto Kohan, el secretario General de la Presidencia. Se trató de Fernando Szereszevsky, su vocero, quien preparó una exhaustiva biografía de Charly para Menem y llamó a un fotógrafo para que dejara debido registro del acontecimiento. Ningún detalle quedó librado al azar y el encuentro fue un éxito, al menos para Carlos Menem, quien sumó una nueva foto a su álbum de instantáneas rockeras. “Al final, los que temían por los resultados del encuentro me tuvieron que dar la razón: la foto, que fue tapa de Clarin, tuvo mas valor político que cualquier campaña oficial”, opinó Szereszevsky, a quien los destinos de la vida ubicarían en la década posmenemista como manager de Charly Garcia”
“Rockpolitik. 50 años de rock nacional y sus vinculos con el poder politico”. Juan Provéndola. Edit Eudeba.

martes, 18 de julio de 2017

Amigos de Dios

Ademas de su caudal creativo como músico y de la afinidad que tengo con él como persona, nos conocemos desde hace mucho tiempo con Charly y nos encontramos relativamente a menudo, para hacer música o para lo que sea, y me invitó varias veces a tocar en diferentes proyectos de él, sea en disco, en vivo, en la Argentina y fuera de ella. Me pareció una retribución, por un lado, a eso. Pero seria poco decir eso porque en realidad no era una cuestión de que yo pagaba con la misma moneda que él me había pagado, sino que desde el momento que comencé a trabajar en las canciones donde él toca, pensé en él como pianista sobre todo, que es la contribución suya al disco. Y por suerte lo ví embaladisimo, estaba hecho una tromba, como pocas veces. Yo lo llame para que tocara lo que tuviera ganas. Casi no tuve necesidad de decirle que quería. Con Charly siempre la paso bien. Tenemos una relación muy particular a nivel de sensibilidad. Siempre es un placer tocar con él. Pasarnos un día en el estudio. Lo que hizo en esos temas esta buenísimo”
Gustavo Cerati
“Cerati en primera persona”. Maitena Aboitiz. Ediciones B

miércoles, 12 de julio de 2017

Enciendo un faso para despistar

Cuando trabajaba en Triple Producciones trajeron a King Crimson, que en ese momento eran dos tríos, y organizaron una serie de shows. Yo no lo podía creer. Vi los ensayos, todo. Una tarde nos llama Fripp y nos pide que armemos un ensayo con publico, que citemos a nuestros amigos. Empezamos a llamar a todos. Era un martes. Hay algunos que todavia me siguen agradeciendo. Fui con Gustavo Cerati. Estábamos tomando una cerveza y uno de los Gauchos Alemanes viene a decirle que Fripp quería conocerlo. Fuimos al camarin y Fripp le dice “Soy un admirador del buen pop y tu disco Amor amarillo es de lo mejor que he escuchado”. Gustavo se quedo pálido, era creer o reventar. Bueno, viene el show. En esa época se fumaba en todos lados pero Fripp había pedido que nadie fumara. Alguno no se daba cuenta y lo prendía igual y teníamos que pedirle que por favor lo apagara. Fripp estaba en un costado del escenario, medio como oculto. Vos te acordás que en Prix D’ami se subía al escenario por la escalera de adelante o por la de atrás de los baños? Estaba todo bien. Perfecto. En un momento vemos que aparece Charly del otro lado y se pone abajo a la altura de Fripp a fumar y mirar como tocaba. Y nosotros nos agarrábamos la cabeza! No podíamos creerlo! Mirábamos la cara de Fripp viendo a un tipo que se le había puesto a fumar y mirarlo! Entendes?!
Carlos Goldsack
“100 veces Charly”. Jose Bellas / Fernando Garcia. Ediciones B

miércoles, 5 de julio de 2017

Las puertas de Acuario

“La modesta gira de Porsuigieco por un par de ciudades del interior, con el equipamiento mínimo que permitía el formato acústico, se transformó en una suerte de viaje de estudiantes descontrolados. En el micro alguien consiguió conectar un pequeño amplificador - un mini Fahey, muy popular en esa época - y entonces fue todo canciones e improvisaciones mientras avanzamos por las rutas. El ambiente era tan relajado e informal que muy pronto todos estábamos en la misma frecuencia, producto también del humo dulzón que constantemente invadía el micro. Esa onda se tradujo en infinidad de guiños y bromas internas de todo tipo que se hacían durante los shows, también como una forma de burlarse de la precariedad de la gira. Como en cualquier época, en esos años había infinidad de expresiones y muletillas que todo el mundo usaba, como loco, cuyo equivalente hoy seria boludo o chabon...Una de esas expresiones era seis (6). Sí, el numero era utilizado para calificar negativamente cualquier situación: un disco, un show, un artista podía ser bueno o seis...Así fue que en uno de los shows, alguien tuvo la idea de hacerles una broma a los músicos con el fatídico numero. En medio de un tema, varios de nosotros cruzamos de punta a punta el escenario cargando una puerta en la que se veía el numero 6. La puerta había sido desmontada de la habitación del hotel y llevada subrepticiamente al lugar del recital. La gente no entendía nada, mientras los músicos se partían de risa.”
“La Biblia del Rock. Historias de la revista Pelo”. Juan Manuel Cibeira. Ediciones B

Un disco que se ve

Lo que quedó de Kill Gil no es lo que era realmente Kill Gil. Lo que está en el disco que sacó Sony es algo que había en un CDR que le habían rescatado a Charly para que sobregrabara algo y dijeron “Bueno, editemos esto”. El disco entero era una obra gigante que estaba en un disco rígido que terminó en un inodoro. Hicimos muchas sesiones con Terán , los chilenos...hacíamos bases y seguíamos grabando arriba. Hasta que el ingeniero de sonido, Marcos Sanz, se rompió las pelotas y se fue a vivir a Perú. No hizo backup y le dió el disco rígido a Charly y le dijo “toma esto, chau, no quiero saber mas nada” y Charly se enojó y tiró el disco rígido al inodoro. Le agarró un ataque y creo que lo hizo pensando que había un backup en el estudio de Palito. El tema es que lo destruyó y no hubo manera de recuperar la información. Creo que es el gran disco perdido de Charly...”
Fernando Kabusacki
“100 veces Charly”. José Bellas / Fernando Garcia. Ediciones B

Algún día vas a ver al cretino gritar