sábado, 30 de junio de 2018

Si es que se trata de mi...

“Por esos años Charly Garcia confesó su pasión por la figura de Sandro y por su música. Incluso fue a ver Volviendo a casa al Hermitage de Mar del Plata, en febrero de 1990, y tuvieron un intercambio de flores ante la ovación del público. El artista que como solista había dado vuelta el rock en español en los 80 con una trilogía de discos insuperables (Yendo de la cama al Living, Clics Modernos y Piano Bar) contaba que de adolescente enloquecía con el rock and rol de Los de Fuego. El diario Clarin los reunió para una nota. Hablaron de Elvis, de los comienzos de cada uno con la música, de Los Beatles y de mujeres y groupies y de la locura de los fans”
“Al año grabaron juntos el clásico de Los Shakers “Rompan todo” (“Break It All”), en español. una versión furibunda, uno de los cortes del álbum de Charly Garcia y Pedro Aznar Tango 4, que salió en 1991. Charly lo quiso mucho: “siempre me llamó la atención Sandro; era muy violento en una época: Tiraba la campera al piso! Era una de las personas mas avasallantes que conocí, una verdadera estrella. Cuando grabamos Tango 4, con Pedro Aznar, fue muy gracioso, porque Pedro en su casa es re prolijo; nada de fumar, nada de nada. Lo estábamos esperando y le digo “Pedro, cuando Sandro saque la pitillera con la S decile que lo tiene que apagar”. Por supuesto que Sandro sacó la pitillera y Pedro no dijo nada. La letra de “Rompan todo” en castellano la hicimos yo y Pedro, y Sandro la condimentó. En un momento Pedro le dice a Sandro: “Hay que ver cómo arreglamos esto”. Se refería al pago. Y Sandro respondió: “yo vine acá porque soy amigo de Charly. Y, además, sabés, yo no tengo precio”. Me morí!”
“Sandro. El fuego eterno” Mariano del mazo. Edit. Aguilar

viernes, 22 de junio de 2018

Superheroes

En el show de Anchor Inn aparece entre el público Charly Garcia, que insiste nuevamente con la idea de hacer algo con el grupo. Charly parece mas entusiasmado de lo habitual y les pide que le acerquen con rapidez una nueva cinta con sus temas.
“Fui a verlo después del show en Anchor Inn con el demo que habíamos grabado con Mario, que en un acto de simpatía nos regaló unas horas que tenía para hacer El Marinero, que es el primero que componemos entre todos, como esa cosa “gestáltica” entonces yo no me dí por vencido y lo fui a ver a Charly y mientras lo escuchaba me dijo “esto puede andar”, yo lo voy a hacer y al día siguiente fue a ver a Grinbank (que era su socio) y le dijo esto lo vamos a hacer”, rememora el Vasco, que es el primero en enterarse que el productor, que rechaza el material meses atrás, está de acuerdo en representarlos.
“Después de firmar contrato con Grinbank, fuimos a jugar al fútbol en un partido donde jugaban la gente de Ohanian (donde estaban Piero y Spinetta), contra el staff de DG en la canchita de césped sintético que estaba detrás de Obras. Yo hice una jugada bárbara, pasé a un par y tiré un centro para atrás y Charly lo empalmó como venía e hizo un golazo. Cuando el partido terminó le digo “loco, que golazo que hicimos” y el flaco me dijo, “si, es el mismo gol que vamos a hacer con Los Abuelos de la Nada”, y no se confundió.
Gustavo Bazterrica
“Miguel Abuelo. El paladín de la libertad”. Juanjo Carmona. Edit. Conexión Tierra

miércoles, 20 de junio de 2018

Que ponga dos tachuelas en mis zapatos

“El primer tema que grabamos —recuerda Nito Mestre— fue ‘Amigo, vuelve a casa pronto’, y Charly le puso al piano unas tachuelas para que sonara como un clavicordio. Yo no quise cantar ‘Toma dos blues’, porque me daba la impresión de que estaba fuera de lugar dentro del concepto del disco, entonces lo cantó Charly. Cuando puse la voz de ‘Canción para mi muerte’, a las nueve de la mañana en Phonalex, me mandé tal gallo que nunca lo voy a olvidar en mi vida. Todos los de La Pesada estaban detrás del vidrio y se cagaban de la risa. La grabación fue un garrón: teníamos que ir a la mañana bien temprano y en colectivo. La foto de tapa la sacamos en una obra de la calle Medrano. La otra la hicimos en la calle Vidt, donde vivía Charly en aquel momento”.
Nito Mestre
“No digas nada”. Sergio Marchi. Edit. Sudamericana

martes, 12 de junio de 2018

Y llego la policia con dos carros y un tranvia

“Un día estaba en mi casa de soltero, un departamentito de un ambiente, en el que vivía solo. Era una época turbia de mi vida, con menos orden del que tengo ahora. Era sábado por la tardecita y me estaba preparando para salir esa noche, pero tuve que cambiar todos mis planes. De repente, me llaman de TN para decirme que Charly Garcia estaba detenido en el Departamento Central de Policía en la calle Moreno, que me mandaban un cámara y que fuera para ver si lo podía ver o entrevistar y averiguar qué es lo que pasaba. Lo había mandado a detener un juez de Rosario porque había una denuncia por pegarle a un fotógrafo, lo había citado varias veces y no se había presentado a declarar. Obviamente, el juez lo mandaba a detener para trasladarlo a Rosario a que compareciera. Al llegar al Departamento de Policía, el primer trabajo que tuve que hacer fue más de investigador y productor, porque primero había que informarse qué era lo que estaba pasando y dónde estaba Charly, ya que nadie sabia nada, hasta que uno de los policías me dice que estaba en una oficina y que ellos estaban esperando instrucciones del juez de Rosario. Pido verlo, me dicen que no se podía porque estaba incomunicado por el momento. Me quedo esperando y, por mi personalidad sociable y amiguera, me pongo a charlar con los policías hasta que uno me tira el dato de que lo iban a trasladar a Rosario. Sábado casi noche. Rarisimo. Hablo con el canal y les comento la situación y me dicen que me vaya con el camarógrafo atrás de Garcia y lo siga a Rosario. Sale Charly en un patrullero con otro de escolta y nosotros con el camarografo vamos tras ellos en un auto. Esa noche de sábado hicimos todo el camino atrás de Charly. Paraba en las estaciones de servicio, compraba cosas, iba siempre custodiado. Obviamente los policías sabían que los seguíamos, pero no nos avisaban cuándo paraban, sino que teníamos que estar pendientes de todos sus movimientos. Charly iba dentro del patrullero con un teclado y una guitarra tocando, haciendo de las suyas. Se ve que Charly los volvía locos a los policías; entonces, iban parando cada tanto para descomprimir un poco el encierro., porque tenerlo encerrado tres horas en un auto es casi imposible. Cuando paran es un estación de servicio, me le acerco y le digo Charly te estoy siguiendo con el cámara. Me parece que ahí se sintió un poco mas protegido, porque, a pesar de que no le gustan los medios ni las cámaras, se siente protegido por las cámaras en estas situaciones.
Cruzamos algunas palabras en la estación de servicio, hasta que un policía me dijo que no podíamos hablar porque estaba incomunicado. Llegamos a Rosario entrada la madrugada. Vamos a un lugar que tenia un parque con galerías, perteneciente a la policía de Rosario. Logro entrar sin la cámara y me voy enterando. A esta altura, hasta parecía que formaba parte de la comitiva de Charly, junto con Gabriel Ganem, su asistente, un custodio y Marcelo Levalle, su manager de aquel entonces. Pero nadie sabia bien que estaba pasando. Era una situación muy bizarra, Charly trasladado en patrullero a Rosario. Esa noche, lo mandan preso a la Alcaldía de Rosario, donde hay dependencias que funcionan como cárcel y hay detenidos.
Me levanto el domingo y le digo al camarógrafo que me espere mientras voy a la Alcaldía a averiguar la situación. Allí, me atiende un tipo que me reconoce por mi función periodística y aprovecho para decirle que voy a ver a Charly. por ser Charly, el juez había autorizado a cinco personas para que lo visitaran mientras seguía detenido esperando a ser interrogado el lunes. El cana me dice que, salvo esas cinco personas autorizadas por el juez, cuyo nombres había dado el propio Charly, no lo podía ver nadie mas. Le pedí que se fijara si yo figuraba en la lista y efectivamente estaba.
Logro entrar a la Alcaldía, paso por distintas celdas, bajo a un sótano, el policía que me acompaña abre una puerta y me dice ahí esta. Cuando entro, estaba en un cuarto lleno de humedad, con dos camas cuchetas con dos presos durmiendo en cada una y un colchón tirado en el suelo, en el que estaba Charly durmiendo. Debido a una gotera, había agua en el piso y llegaba hasta el colchón de Charly, que dormía profundamente. Un panorama desolador. Charly Garcia, todo sucio, desprolijo, abandonado, tirado en un colchón con el agua casi llegándole hasta e borde. me impacto mucho. No desperté a nadie, sino que le dije al policía ahora vuelvo. Me di media vuelta y salí a la calle. Compre un termo, fui a una cafetería y pedí que lo llenaran de café, compre azúcar y medialunas y regresé. Entré a la celda y me quedé sentadito en la mesa mientras los cuatro presos y Charly dormían. Esperé unos cuarenta minutos y, a medida que se despertaban me fui presentando, soy Bebe Comntemponi, periodista de TN. Se levanta Charly, me dice Bebe, que haces acá? Lo primero que hice fue darle un café con leche y ofrecerle medialunas. Después Charly me contó la situación. Estuve casi cuatro horas en la cárcel con Charly. Le dieron una guitarra y toco para los presos.
Recuerdo que dos de los presos estaban encerrados por violación y los otros dos por robo. Esa era la celda de Charly. Hablamos mucho, no sabia que estaba pasando, estaba tranquilo esperando que llegara el lunes. Nos sacamos muchas fotos, jugamos a las cartas y él cantaba canciones en la guitarra hasta que un policía me dijo que me tenia que ir. Al día siguiente Charly tenia que estar en el juzgado a las 7 de la tarde aproximadamente, así que pusimos el móvil para transmitir en vivo, y luego de declarar, quedó libre.
Vivir de adentro cosas como ésta, en las que te ubica la vida, fue algo extraño. Después pensaba que, cuando me llamaron del canal para decirme que Charly estaba preso, yo podría haber estado en cualquiera, podrían no haberme encontrado, pero se dio todo de modo tal que hasta terminé siguiéndolo en el traslado a Rosario y viví una situación única en la vida de Charly: preso entre violadores y ladrones. Ver la imagen ésa de él en el colchón con la guitarrita tocándole a los presos resultó una experiencia a la vez única, bizarra, rara, dolorosa, conmovedora.”
“Por la vereda del rock”. Bebe Contepomi. Ediciones B

miércoles, 6 de junio de 2018

La linea blanca se termino

“Estábamos en el Intercontinental de Río en el Festival de Jazz —explica Zoca—. En el comedor, Jaco se acercaba a nosotros y nos decía algo así como ‘esa ensalada está muy buena’. Después venía, nos mostraba otra cosa y nos decía,‘tienen que comer eso, está bárbaro’. Cada tanto molestaba con algo. Charly ya estaba harto, pero él es muy respetuoso: para pelearse con alguien, tiene que tocarle algo muy fuerte. En un momento, Charly le paró el carro y le dijo ‘está bien, ya vamos a comer la ensalada, basta’. Yo lo vi tan sacado a Jaco… Estábamos en la pileta, nos sacábamos fotos y Jaco nos venía a decir que no sacáramos fotos, porque él era indio, y las fotos nos robaban el alma. Era muy raro”.
En realidad, Jaco le codiciaba la mujer a Charly, que comprendía la situación, pero le daba no se qué frenarlo, no tanto porque el otro fuera un músico talentoso y famoso como él. O tal vez sí: porque Jaco, con su manera de ser, había fascinado a Charly. “Hola, soy Jaco Pastorius, el bajista más grande del mundo”, fueron las palabras que eligió como presentación, desde el comienzo y hasta el final de su carrera. Se encargó de hacérselo saber a García durante su estadía en Río de Janeiro.
Una noche Charly y Zoca escucharon golpes en la puerta de su habitación. Se despertaron y no vieron nada por la mirilla. Cuando abrieron comprobaron que en el pasillo no había nadie, pero encontraron algo extraño: dos líneas blancas, larguísimas, hacían un curioso recorrido que iba desde la puerta de su habitación hasta la otra punta del hotel. “Seguimos el rastro, cual Hansel y Gretel, y llegamos a la habitación de Jaco hechos Pablo Mármol y Pedro Picapiedra. Le golpeamos la puerta, y cuando nos abrió le dijimos a coro: ‘Jaco, sos el más grande del mundo’”.
“No digas nada”. Sergio Marchi. Edit. Sudamericana

Ella era una tipica inocente

“Mi historia es muy parecida a la de Mónica, porque en casa se escuchaba mucha música clásica. Mi viejo no era músico pero le gustaba mucho la música, tenía un aparato impresionante para escuchar discos. Por otro lado, tenía a mi tío. En ese entonces, pasaba seis meses con uno y seis en mi casa. Mi tío me hacía escuchar discos de Peter, Paul and Mary y me llevaba a cantar a los boliches de Punta del Este. Sentí que no sólo me gustaba la música, sino que había que mostrárselo a la gente. Mi adolescencia fue un parate en mi vida: iba al colegio, salía y nada más. No tenía la oreja muy parada para la música, hasta que un día viene un amigo de una amiga y me dice: "Hay unos pibes en el ABC que matan, vamos a verlos". Caí y estaban los Sui Géneris. Ese día no había luz y estaban Charly con una vela y Nito al lado con la flauta. Me senté en la última fila y me encantó la música; que era lo que estaba buscando. A la otra semana, me senté en primera fila, los vi de cerca y me enamoré del flaco totalmente. Hice todo para estar con él y lo logré. Eso fue en marzo del '72 y estábamos como de novios. Un día, Charly fue a verlo a Jorge Álvarez y grabó. En esa época nos fuimos a vivir a una pensión, y en la misma semana le empezó a ir bien, a tener shows. Ese fue el año en que todo el mundo lo conoció. Comencé a cantar con ellos. Iba a la casa de Germán Escalante a tocar con Raúl (Porchetto), León (Gieco), Nito y Charly. Ahí comenzó a formarse Porsuígieco. También a veces subía a cantar con Sui Géneris. Lo demás ya es conocido”.
Maria Rosa Yorio.



“Revista Pelo”. Mayo 1978.

Algún día vas a ver al cretino gritar