“La primera vez que lo ví en la clínica fui solo. Entré en una pieza que era como una celda, con barrotes incluidos. Charly estaba en un planeta lejano, muy medicado y lento. Yo le había llevado un teclado y auriculares. El tenia una guitarra acústica.
Estuve un rato. Me tocó dos temas que había compuesto con una voz balbuceante y movimientos lentos. Uno lo entendí y el otro no. El primero se me pegó en el momento. Cuando me iba le pregunté si quería que le llevara algo de comer.
- Mataría - respondió.
Le conté que había abierto un restaurant nuevo, le prometí que le llevaría ravioles con pomodoro.
La siguiente vez fui con Samalea. le llevé los ravioles de ricota y berenjenas que le habían dedicado los muchachos de Bruni. El tipo de seguridad de la clínica nos miró con sospechas.
- Que traés en esa fuente?
- Ravioles - contesté
Ahí nomás me abrió el plato que venía envuelto con papel aluminio y los revisó como si estuvieran escondida alguna cosa. Lo miré y le dije: “no son ravioles paranoicos”.
Era lo que le había prometido a Garcia. Lo dije con ingenuidad. “Ravioles” no es una oportuna en un lugar como ese. Cuando finalmente nos dejaron entrar, Charly se los devoró”.
“I’m Zorry” Fabian Von Quintiero. Planeta. 2014
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