Fito: “Pasan unos meses y viene la presentación de Baglietto en el Coliseo. Ahí cae Charly con Andrés, modernísimos los dos, espléndidos, jóvenes, bien puestitos de todo. Era como estar...No era Buenos aires, era otra ciudad. Pero era Buenos Aires, la verdad. Entonces cuando lo veo venir casi me muero, casi me orino encima. En esa época circulaba el rumor de que yo le tenía bronca porque me decían que era parecido a él. Entonces él vino y me encaró de frente: “Que problema tenés conmigo?”, me dice. “No...que problema voy a tener con vos? Ninguno. Todas soluciones tengo con vos. Me arreglaste la vida, me la cambiaste en todo caso”, le digo. Nos reímos y yo temblaba, por supuesto. Lo miraba a Andrés y me decía: “Ay, este cabrón esta tocando con Charly! Que genio, no? Ok, nunca voy a tener esos lentes, nunca voy a tener esa ropa. Un rosarino desdentado...¡nunca voy a tocar con Charly!” Entonces se quedan a ver dos o tres temas y se van, creo. A los tres o cuatro meses Charly desarma la banda de “de la cama al living” y me llega un llamado de Daniel Grinbank que me dice “Che, Charly quiere que estés en la banda”. se me cayó el teléfono. Raro, no? Casi me desmayo...Voy a la reunión y yo era un pajuerano, entendés? Me dice, vos me gustás, etcétera. La reunión dura quince o veinte minutos y dice: “vamos a casa a escuchar el disco”. Entonces llegamos a Santa Fe y Coronel Diaz, pone Modern Clix a todo volumen y yo no sé que le paso a otros...
Gillespi: ¿no había sonado en ningún lado el disco?
Fito: Nunca. tampoco sé que habían ingerido las demás personas y a mi se me cayó todo. Todo menos lo otro, que se me levantó. Porque era muy vital el álbum, era muy sexy, muy sensual, estaba buenísimo. . Yo pienso que es un disco del futuro. Charly combinando las maquinas de ritmo, el sampling de James Brown, era un delirio. En ese momento era como si te dieran una pepa, realmente. ¡Pum! Te clavás un tema y ya está. De verdad lo digo, hasta el día de hoy aconsejo Modern Clix antes que el ácido lisérgico.
Entonces pasa otra cosa graciosa después de ahí. Yo me fui totalmente desconcertado, pensando que era un sueño, que no era verdad. Al otro dia me llega una cinta, un cassette. Entonces claro, el tema esta en Sol (toca un fragmento de “Bancate ese defecto”). Bueno, ok, todo eso estaba corrido en un lugar que no era ni Sol, ni Sol sostenido. Estaba en el medio.
Gillespi: Habían acelerado la cinta.
Fito: Claro. Pero no era ni siquiera un semitono. No tenia como sacar los temas y eran muy difíciles, complejos. Ahora me los sé de memoria pero en ese momento me acuerdo que había mucha polirritmia y tampoco tenia bien claro cuál era mi parte. En todo caso, llegué a la sala, yo tenia que terminar unos conciertos con Juan Baglietto en el Astros, presentando el tercer disco de él y llego dos semanas tarde a la sala de Charly. O sea, cuando yo llego esta..
Gillespi: Todo sonando...
Fito: No todo. Pero esta el elefante comenzando a decir: ¡Hola! Llegué ahí con mis teclados rosarinos, con un minimoog, un Korg que tenía, un Rhodesque que me pone Charly, un Moog Opus 3. En un momento tenia que intervenir. Yo estaba ahí dibujado, entendés? Estaba dibujado. Era en los estudios Alex, en Nuñez. Empecé a meter alguna cosa, me acuerdo que “Bancate ese defecto”era Sol cuarta con la séptima menor y claro, yo venia con todo, le ponía todo. Cuando llegó Charly me empezó a sacar los dedos, este no, este no, y me dejó cuatro notas. Considero eso como una de las mas grandes clases de música que tuve en mi vida.
Durante esa semana lo vía él organizar la música. Como empezaba a funcionar, como rendía en funcionamiento del bombo de Iturri con el bajo de Alfredo, no? Eso después crece con el tiempo, cuando hacen, por ejemplo (Toca un fragmento de “Promesas sobre el bidet”), como organizaba la rítmica que era compleja con el sonido, viste? Y después los arpegios que le indicaban a Pablo Guyot o como armaba las voces de Melingo y Gonzo en el saxo con mis teclados. Ya empezaba a escuchar a la orquesta ahí dentro. No?
Gillespi: Que él tenia en la cabeza
Fito: Él la tenía entera. Muy clara. A la vez iba probando y decía: “A ver, dobla el Moog con el bajo” Y por ahí decía, “No, no esta bueno”. Te hacia jugar. Te hacia meter unas lineas de cuerda, por ejemplo, y debía ser un unísono para que se destacase dentro del grupo. Yo me la llenaba de cosas , y: “No, no hace falta, tocá esto”. Siempre funcionaba. Fueron dos semanas. Era como estar viendo pintar a Picasso. Muy conmocionante, viste? Porque ahora es difícil intentar explicar eso. Me marcó. Salí de ahí y me fui a grabar Del 63.”
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