“Después de esa pasta hecha con amor, quedamos en que la próxima visita íbamos a tocar. Le gustó la idea, dijo que estaría bueno y que en el lugar había un salón . Cuando fuimos por tercera vez, ya para tocar, estaban todos arriba , esperando en el salón. Entramos Charly, Samalea, yo y un invitado especial: Nito Mestre, que se había recuperado de su adicción al alcohol y era una buena influencia. El publico nos dejó con la boca abierta: ahí sentados, cada uno en su mambo, estaban los internos.
Formamos con Garcia al piano y Nito con la guitarra acústica. Lo que salió fue un recital de Sui Generis exclusivo para los internos de la clínica. Todos tenían una energía terrible, cantaban; fue un up para los internos, una enorme felicidad.
Cuando nos asomamos nosotros, Charly nos llamó. Samalea armó sus cosas, yo agarré una acústica, Charly siguió en el piano y Nito con su guitarra. Tocamos “Amigo vuelve a casa pronto”. En un momento lo miré a Sama. No lo podíamos creer; estábamos tocando con Sui Generis para internos de una clínica psiquiátrica. Yo me sabia las canciones de Sui de cuando zapaba en la playa, de adolescente. Fue un flash. Miraba a los internos y me sentía muy bien de poder contribuir a su felicidad, un poquito entre tanta desgracia. era muy Sweet Generis.
Todo estuvo lindo hasta que a Charly se le cruzó un cablecito y se lo llevaron.”
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