martes, 10 de abril de 2018

Para quien canto yo entonces?

“Vinieron al estudio, Charly y Nito un día de la mano de mi dealer, el gordo Pierre. Yo ya era el dios del estudio, y grababa desde las 9 de la matina hasta las 10 de la noche. Todos los días, La Pesada ya estaba fuerte, estaba haciendo lo de Pappo, ya estábamos con el ego… reventaba de tanto ego. Y entonces, el gordo Pierre me traía todos los días la mercadería para el día. Como la comida. Llegaba con el paquetito, en ese momento traía una mexicana, “mexican gold”, la mejor. Y ahí, un porrito, suave, porque si no, te vas. El gordo hinchaba los huevos todos los días, en el medio del porrito, te la mandaba subliminal, “Billy, tengo dos pibes…”. Todos los días. Entonces le dije que los trajera. Y vinieron. Charly se sentó en el piano, Nito cazó la viola. Y yo, como hago siempre, los grabé. Cuando escuché “Canción para mi muerte”, casi me muero. Yo que venía de saber todo, sabía qué era comercial, lo que se vendía, lo que no se vendía. Y esto era una bomba. Lo grabé, se lo llevé a Álvarez, y le dije “esto es un tango, un tangazo”. “Qué tango, pelotudo”, me dice. Pero se lo hice escuchar y dijo “vamos a sacarlo”. Vendió 300 mil discos. Cuando Charly y Nito venden 300 mil discos, yo le meto 150 LP de rock and roll en el orto a todo el mundo. Me abrieron el mercado. Y empezamos a producir para Odeón, para RCA, Microfón y Music Hall, en una vorágine tan grande que termina en esto.”
Billy Bond
“Entrevista a Billy Bond”. Tomas Rodriguez. Revista Playboy

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Algún día vas a ver al cretino gritar