"No era muy común que Donald - el cantante, no el pato - estuviera en la calle a esas horas de la madrugada. Una de sus hijas había ido a un baile en la casa de una amiga y como un buen padre la fue a buscar. Ya estaban por volver a casa, cuando distinguieron un tumulto, que a lo lejos se confundía con las luces de Punta del Este. Precavido, cerró las puertas. Y lo bien que hizo: una turba se dirigía rumbo el automóvil. Donald trató de entender la situación: un tipo alto y flaco que corría como loco era perseguido por una muchedumbre. Estaba por arrancar e irse, cuando su hija le pegó el grito de alerta.
- Charly! ¡Papa, es Charly! Abrile la puerta que lo corren, gritó ella.
Efectivamente, era Charly que llegó muy agitado al automóvil. Donald le abrió las puertas, puso primera y salieron carpiendo justo a tiempo para evitar el linchamiento. Atrás quedaron las furiosas bestias. La hija de Donald no lo podía creer, ni él tampoco. trató de saber que era lo que había acontecido pero el relato de Charly no le brindó demasiadas precisiones. Dejó a su hija en casa y se ofreció a alcanzar a García hasta su lugar de residencia.
- Donald: cantá Pinocho - le pidió Charly en el camino de vuelta a su departamento.
Era una petición rara, ya que “Pinocho” fue el único hit de los Maky Mak’s, un efímero grupo de su hermano Buddy Mc Cluskey. Donald tuvo varios éxitos como los inolvidables “Tiritando”, “Compañeros” y “Scababadibidú”, el primer reggae argentino, pero Charly lo asociaba con el tema de Buddy. Tuvo que hacer un esfuerzo para recordar la canción. Se puso a cantar y enseguida García se animó con los coros. “No sabés las armonías que hacia”, me contó Donald tiempo mas tarde. Lo dejó en su hogar, Charly agradeció, y al día siguiente fue a ver el show de Donald. Lógicamente, terminaron tocando juntos.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario