Charly y Zoca se tomaron unas buenas vacaciones en Belo Horizonte durante 1984. Clics modernos había sido un éxito categórico en la carrera de García y era hora de recargar la batería creativa. “Estábamos en lo de los padres de Zoca en Belo Horizonte —explica García—. Compraba discos en la plaza de Minas Gerais y pasaba las tardes escuchándolos en la casa, que me parecía un buen ambiente, haciendo tapas de casetitos. Estaba muy copado con eso, y siempre tenía el Yamaha PS-55 a mano. Podía conectarlo con un grabador, hacer una música, cantar y tocar arriba de lo que hubiera hecho.
”Con Zoca somos muy limpios, y allá la gente se baña mucho por el calor. En determinado momento puse el aparato esperando que hiciera una cosa, pero se retobó e hizo otra. Me puse a descubrir qué era lo que estaba haciendo, y ahí apareció el riff de ‘Promesas sobre el bidet’. Lo dejé, y nos fuimos a almorzar; allá, el almuerzo es sagrado: El Santo Almuerzo. La cena… vemos; nadie estaba en la casa, pero no importó. Había una gran mesa con todo lo que te imagines. Después de comer me fui a bañar, y cuando estaba en la ducha, se me ocurrió todo lo que iba a hacer con ese riff que quedó grabado. Le pedí a Zoca que me trajera lápiz y papel. A todo esto, yo estaba con la ducha al mango y lleno de champú. Ella me trajo lo que le pedí, y se sentó en el bidet. Yo escribía bajo el agua, y la lluvia me lo iba borrando. Así salió.”
“No digas nada”. Sergio Marchi. Edit. Sudamericana
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