“El mejor recital de Charly Garcia en años - comienza diciendo Fernando Garcia en Clarin - sucedió el sábado en el teatro Coliseo durante una secuencia mágica en la que el rocker de los guesos veía caer desde sus seis teclados los años que estaba festejando. Fue una ráfaga vital de música que empezó con Fernando Samalea y una sobria adaptación al bandoneón de “No soy un extraño” y termino con lo que Garcia - un esplendido Garcia - la noche del sábado había anunciado como un momento heavy (pesado). Si cualquiera de los que llenaron el teatro Coliseo hubiera cerrado los ojos para el “momento heavy” habría escuchado la voz circa 1977 de Charly Garcia cantando “El karma de vivir al sur”. No era Charly, entonces, el que cantaba la canción como Charly la hubiera cantado sino que ahí estaba su hijo Miguel provocando un efecto doscientos por ciento piel de ave. Charly y Miguel se regalaron ese momento increíble en el que espalda contra espalda parecían ir y venir en el tiempo. Y así, Garcia y su familia (genética y artística) lograron darle una forma misteriosa a la celebración. Antes, mientras se podía ver a Miguel esperando entre bambalinas como cualquier hijo de artista, los años ochenta habían cruzado como una flecha el escenario cuando con Samalea y Fabian Von Quitiero acompañaron a León Gieco en “Los Salieris de Charly”. Los cincuenta de Charly empezaron hoy mismo, es lo que le estaba diciendo a su público. La llama esa del saco y las antorchas las mantiene encendidas ahora mismo. Cuando improvisa con suerte una segunda guitarra para Gieco en “La colina de la vida”, cuando sube su larga osamenta a su limousine blanca que lo espera en la puerta. Cuando vive, bah.”
Fernando Garcia
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