viernes, 22 de noviembre de 2019

Tomando te de Peperina

“Creo que fue en la presentación de La Grasa de las Capitales, te empezaste a bandear (ya no dabas mas). Hiciste una pésima, actuación, borracho y te sacaste la camisa por la bragueta simulando un pene. No terminabas los temas y cantabas mal, te estabas dando cuenta, quizás, tierno y díscolo de que el rock a nadie salva, sino que al contrario, puede hundirte, reventarte.”
Terminaste de actuar, yo estaba tomando té, tu representante se me acercó y me dijo: Charly te invita a comer asado. Yo estaba a la defensiva, había visto el brillito en tus ojos y la espuma en tus colmillos. El Oscarcito Feldan, gran amigo, me dijo: anda, ocupá tu lugar.
Fui, habían juntado unas mesas. Los platos y los cubiertos dispuestos sencillamente para pocos comensales. Estaban los cuatro Serú, tu representante, Mario Luna y su novia y los directivos de Atenas. Yo estaba inflada y dije: me siento con gente coherente (entonces me puse al lado de los viejos directivos de Atenas). Charly había puesto al lado de él un plato para mi. Él, Lebon, Moro y Pedro empezaron a chistar - vení, vení para acá.
Me paré y fui para donde estaban. Pero no me senté al lado de Charly, sino la lado de su representante. Me cautivaron sos ojos, lo confieso, siempre me movilizaron los judíos. Los imagino recién salidos de campos de concentración, torturados, triturados, esa palidez, esa serenidad casi de calvario, esa resignación, esa melancolía y esa fuerza que les viene de Jehová y los hace impredecibles. Comencé a hablar con Daniel, me contó que empezó a estudiar sociología y que le gustaba e cine.
Charly empezó a provocarme. Y se armó. -Vos so hippie - me dijo, todavia crees en el amor y los ideales. esto es un negocio (se reía histérico). - Vos sos un payaso - le dije, y voy a escribir que tu recital fue una mierda. - Vos te venís a curtir el interior.
Se indignó. - Sobre que te invito a comer asado pensás escribir mal de mi? Después empezó a burlarse de los M.I.A, a quienes yo acababa de poner como modelo de familia, arte y economía (se acuerdan de la onda cooperativa de los Vitale?). -Yo soy papa Donvi, ella es Mama Vitale, y así señalaba de uno en uno a los otros Serú. A esta altura ya nos estábamos titando con los chorizos.. Y nos separaron los otros. Yo no recuerdo quien se llevó a Charly, a mi me llevaron Maio Luna y Daniel Grinbank. Fuimos a tomar café a un bar conocido y re careta de Cordoba.”
“Lo que sigue es intimo, perdón Daniel. Una noche de amor entre una palestina y un israelita en un hotel bacán de la ciudad. Una noche en la que dos nómades creyeron hallar la tierra prometida, uno en el cuerpo del otro.”
“Y también, invasión de los Serú al cuarto. Entraron David Lebon y Moro, hacían chistes; querían fiesta, orgía. (Daniel se retiró con cautela, sabe del arte de moverse entre las sombras). Yo los saqué cagando, los insulté. Moro me agarró de prepo la carpeta de prensa. Yo tenia unos poemas y unos dibujos.. Se puso a hurgar y yo me puse muy violenta. Le reclamé la carpeta y los eché.Insistieron toda la noche por teléfono, hasta que les dije: ¿no se bancan que su representante tenga una novia? ¿no pueden dejarlo en paz? Entonces se calmaron. De allí en mas esto fue un thriller: Charly, su representante y yo. cada vez que Serú venía a Córdoba, la guerra terminaba en amor: Daniel y yo en un cuarto. Alguna vez tomó carácter policial: un recital en La Falda al que Charly venía muy nervioso y agresivo (Daniel me amenazó a mi y a toda la prensa cordobesa con bajarnos del escenario con la policía). Daniel se uso denso. Charly empezó a insultar a la prensa por el micrófono y el publico lo silbó y le tiraba botellas.
Con el tiempo la mano empezó a ponerse mas y mas densa. A la Peperina la deseaban todos, se ponían re locos. Charly se puso insoportable. En una Falda fatal, tendió una especie de señuelo, para que yo cediera. Me dió un ataque de paranoia, agredí a todo el mundo y me senté en un rincón dándoles la espalda. Sentí que Luna le decía a su secretaria de turno; nunca sabremos el fin de la historia. Pero yo sí le puse fin: me hartó el acoso sexual, me harté de verlos drogarse, de cantar en el escenario la paz, el amor y la libertad y cuando bajaban hacían todo lo contrario de lo que predicaban. Lobos y buitres devorándose por un porro, un gramo de merca, una mina, un dolar.
La anarquía había ganado el territorio del rock como ahora el gobierno. El reviente y la corrupción eran la constante. Yo laburé dos semanas sin descanso y no me pagaron. Todos los cordobeses laburaban y no se les pagaba. Los grupos de Córdoba no tenían hotel donde parar ni se les daba tan solo el transporte de los equipos. Los músicos de Buenos Aires destrozaban los hoteles y se iban sin pagar. Saqueaban, literalmente, saqueaban La Falda.”
Patricia Perea
“Peperina por Peperina”. Patricia Perea. 1995

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Algún día vas a ver al cretino gritar