jueves, 20 de abril de 2017

Futuro Pobre


“En mis épocas de bajista, tras la partida de Pedro Aznar de Seru Giran, grabé en mi casa de La Plata un cassette en donde en un canal estaba Seru Giran y en el otro canal yo tocando el bajo...y lo mandé a la productora. Al no tener respuesta, decidí venir hasta Buenos Aires a ver si lo habían recibido. Cuando me atiende Daniel Grinbank (para hacer corto el relato) me dice: “Vos sos Cesar Salgan? Charly te está buscando. Andá al estudio ya mismo que esta grabando”. Cuando entré y me presenté , Charly me dijo: “Querés tocar un tema conmigo?”, “Claro” contesté. Y así fue como quedó mi participación (en Pubis Angelical). Meses mas tarde veo que en el disco dice “Carlos” Salgan, lo cual fue un poco frustrante para mi. A tal punto que me olvide pasarlo a AADI (Asociación Argentina de Interpretes) para cobrar, dado que debía ir al estudio a que corrijan mediante una nota el error”
-Das a entender que podrías haber sido el reemplazante de Aznar para Seru Giran? Es así?
Digamos que estaba “semi elegido”, para ocupar el lugar, aunque se corría el rumor que también podría ocuparlo (Beto) Satragni ya que era mas del palo del grupo. Cuando lo llevé a Charly a la casa luego de grabar, no quedaba bien en la imagen su altura comparada con la mía...ni “ciertas costumbres”
Cesar Salgan
“No bombardeen Barrio Norte”. Martin Zariello. Vademecum

domingo, 16 de abril de 2017

Cuando comenzamos a nacer

“Esta es la tapa mas horrenda que se ha hecho en el rock nacional, sabés porque no? Gatti viene a verme y nos ponemos de acuerdo que él va a hacer todas las tapas de Microfon de rock. Estábamos grabando el disco, teníamos que hacer este disco y en ese momento, 20 de junio, jura de la bandera, Juan Gatti vive en un primer piso de Defensa y Belgrano. Por supuesto, el muy pelotudo ignoraba que como iba Lanusse estaba lleno de policías que estaban en las azoteas. Entonces los policías de las azoteas lo pescan cuando él, en calzoncillos, está cantando el Himno Nacional y haciendo la venia. Porque Lanusse estaba enfrente y él estaba lejos de la ventana pero los tipos que estaban en el techo lo veían. Vienen, le tocan la puerta y se lo llevan de las pestañas. Ocho meses preso estuvo! Entonces yo tengo que mandar la tapa de Sui Generis, “Vida”. Y claro, que hago Juan? Si no vas a hacerla vos en la cárcel la tapa? Bueno, la voy a hacer yo! Y hice esta tapa, que por supuesto, alguien me decía, creo que era Claudio Segovia, - yo siempre me pregunte quien era el hijo de puta que había hecho una tapa tan fea!, y porque? si todas las tapas de rock eran fantásticas, menos la de “Vida”! -. Mira, le digo, tiene una explicación, la tapa esta la hice yo y yo no soy un tapista”.
Jorge Alvarez
“Mandioca la Madre de los Chicos”. Documental. Anibal Esmoris

miércoles, 12 de abril de 2017

Yendo de la cama al Einstein

Una noche, Charly García se acercó al café a ver a Fabiana Cantilo, quien había grabado con él poco antes en Pubis Angelical. Fabi cantaba en Los Twist; Charly quedó tan impactado por el grupo, que los llevó un fin de semana a los Estudios Panda. La anécdota cuenta que García, al no encontrar cintas, grabó a la banda de Pipo en las de un disco de Seru Giran. La rapidez con la que se grabó, al ver que los lugares abrían y cerraban , interpretó que era un momento muy volátil y le pareció interesante dejar un registro de aquello. por eso explicaba que de las modas hay que tomar los símbolos, y esos símbolos son los que quedaron de aquella época”.
Omar Chaban
“Cuando el arte ataque. El otro Omar Chaban”. Christian Sanchez. Ariel Panella. Miguel A. Sanchez. Demo Editores

sábado, 8 de abril de 2017

Serilerilan

“Fui a ver al ciudadano García a la segunda función de Adiós Sui Generis (un García barbudo, vestido de blanco y al mando de un Sui Generis eléctrico) y también lo ví en Kantucho’s con La Máquina de Hacer Pájaros cuando tenían coro (no recuerdo si grabaron el disco con los coros). Después me topé con Charly accidentalmente mientras miraba instrumentos en Daiam. Supongo que ya había ahorrado para comprarme una púa Fender y estaría mirando una Les Paul negra en la vidriera cuando apareció García. Mis resortes me llevaron a Talcahuano en el mismo instante en que apareció el ciudadano. Asimismo recuerdo que estábamos haciendo la fila para entrar a ver Polifemo (y Avalancha) cuando pasó Carlos y me hizo un gesto, algo que yo interpreté casi como un saludo o una inclinación amable con la cabeza.
Estaba grabando con Raíces y (en idéntico estudio de grabación) terminaban las mixes de aquel Festival del Amor. Sonó el timbre y abrí la puerta del estudio para ver aparecer a Davies & García.
En aquellos años casi escolares lo visitaba a Lebon en compañía de mi amigo mas cercano: Chani Peicere. Le llevábamos buen porro, aquel que nuestros amigos traían del Brasil. Y nos quedábamos hablando o escuchándolo. Como ya estaba conectado con cierta élite del rock y ensayaba con Raíces pegado a la sala en donde ensayaban Los Redondos, conseguí unas entradas para el debut de Seru Giran, que fue criticado en el Expreso Imaginario por una parodia a la música disco. Un recital también recordado por una frase sarcástica (mas que confesional) de David Lebon, que para entonces ya era mi héroe vivo”.
“Paracaidas y Vueltas”. Andres Calamaro. Edit. Planeta

Que se puede hacer salvo ver peliculas


Una noche que estábamos ensayando con Fernando Samalea y García, un sábado a la madrugada, le metimos fichas a Charly para irnos del ensayo a ver el “Adiós Sui Generis” con él, y nos fuimos al Cine Lara. Imaginen los que estaba en el cine a las 01:30 de la madrigada, melancólicos...y la cara de Charly, no? Nos quería matar! No se la bancó! Bueno, Samalea y yo eramos así en los noventa, esas eran nuestras travesuras, meterle fichas a Charly para hacer este tipo de cosas. Escaparnos del ensayo para ir al cine era algo que hacíamos, para ir a ver una de Olmedo por ejemplo. Llegar al cine con él siempre era raro, pero lo mas fuerte fue cuando llegamos con él en persona a ver el Adiós Sui Generis, los pibes que estaban ahí flashearon mal.
Fabian Von Quintiero
“100 veces Charly”. Jose Bellas. Fernando Garcia. Edit. B

No Soy un Extraño

La Banda del Club Palta o El Hornero Amable
La primera vez que vi a Charly García en persona fue en la casa de la calle Serrano, donde vivía Andrés Calamaro. Siendo todavia estudiante de secundaria, cada tanto iba a lo de Andrés, que era como ir a la casa del rock. Todos pasaban por ahí: Fito Paez, Fenna Della Magiora, Daniel Melingo, Miguel Zavaleta, Gringui Herrera, los escritores Rodrigo Fresan y Juan Forn, y muchos mas. Una noche, mientras yo estaba calladito, sentado en un sofá del living, observando atentamente todo lo que pasaba - algunos escuchaban música y otros hablaban -, de repente, apareció algo que, décadas después, podría haber sido perfectamente el huracán Katrina. Era Charly Garcia, que entró en un nivel de excitación diferente del de todos los que estábamos ahí. Sin saludar, se sentó al piano y se puso a tocar. Música clásica, creo. A solo dos metros de él, debo reconocer que la emoción era enorme, pero había otros sentimiento que le ganaba: el miedo. Ese temor me acompaño desde ese día hasta hoy, cada vez que me encontré con Charly Garcia. Pero no es un temor a que me pase algo a mí. se trata de un miedo distinto, es un miedo a que algo vaya a pasar. Es tirantez, rigidez y nerviosismo. Es que siempre pasa algo estando al lado de Charly García. O una obra de arte o un papelón. Hay que estar tan atento para no perderse nada, lo cual genera un estado de tensión que evita que uno disfrute la situación en su totalidad. De golpe, Charly se levanto del piano y, buscando al resto - diseminados por la casa -, empezó a incitarlos para salir. El plan era ir a Cabo Verde, que quedaba en la Plaza Serrano, para copar el pequeño escenario del lugar y hacer una zapada. Cabo Verde se encontraba a pocas cuadras de la casa de Andrés y era el lugar obligado donde terminaban las noches palermitanas de este grupo de amigos. Mas que una invitación, lo de Charly fue una orden y los que la escuchamos lo seguimos. Éramos un grupo de siete u ocho personas caminando por la calle Serrano, cuando un auto que pasaba se descompuso y el conductor trató inútilmente de empujarlo para que arrancara nuevamente. Charly le dijo que se subiera y nos llamó para que empujáramos con él. El auto era un Ford Falcon verde y, cuando el motor volvió a funcionar gracias a nuestra ayuda, Charly le gritó al único pasajero: “Andate de acá, hijo de puta, a cuantos habrás secuestrado con ese auto!” La Noche siguió como seguían todas las noches en aquellos años, aunque acababa de conocer a Charly García.
“Por la vereda del rock”. Bebe Contepomi. Ediciones B

Algún día vas a ver al cretino gritar