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viernes, 22 de noviembre de 2019

Mundo agradable

“La grabación de Seru 92’ fue algo muy fuerte - rememora David - fue terrible porque estábamos peleados todos con todos.
En realidad primero nos juntamos y después nos peleamos. O sea, la idea empezó en el 91’. Yo estaba en Miami, Pedro estaba con Pat Metheny, Charly no sé si estaba internado o andaba por ahí, y Morito,bueno, esperando algo. Entonces empezamos a hablarnos por teléfono. Yo tenía mucho miedo de que la gente pensara que nos juntábamos por la plata. Y no quería hacer un revival, quería hacer algo nuevo. Entonces, la idea, para que no se pareciera a un revival, fue hacer un disco antes. Un disco con temas nuevos de Seru para no ir al estadio a tocar sólo temas viejos. Y cuando legamos acá (Estudios Del Cielito) Charly estaba...no sé si mal o bien, no sé como decirlo, estaba...con un estado, Pedro estaba con otro, Capítan Titarelli Moro, estaba con otro y...cada uno venía de su historia. Yo venia de Miami. Así que empezó a haber roces y cuestiones , que este tema no, que esta canción sí, que papapa. Gustavo (Gauvry), pobre, ya no daba mas.
Gustavo no fue el técnico, pero estaba. Y los técnicos, pobres, no sé donde estarán ahora. Internados, no sé. Lo que pasa es que los técnicos pueden laburar si se respeta cierto horario y Charly es un tipo que te tenía las 24 horas despierto, viste, porque no paraba. era”sigamos y sigamos y sigamos”.
Grabábamos de a pedazos. Pedro y Charly incluso tuvieron una pelea muy fuerte, el resto del disco no pudieron terminarlo juntos, Entonces, en un momento dado, lo invitan a Charly a participar de un festival de música en Francia. Cuando nos enteramos que se va dijimos ¡Yes! ¡Buenisimo, boludo!Hasta los plomos estaba contentos.Pero resulta que el flaco llega al aeropuerto y se compra un poncho, un mate y una botella de Jack Daniels. Se pinta la mitad de la cara con la bandera francesa y la otra mitad con la bandera argentina. Así sube al avión. Sube al avión en pedo y dice:”ustedes son todos unos pelotudos, yo soy el mejor de todos”. Y bueno, obviamente el capitán del avión dijo: “este muchacho no viaja”. lo bajaron. Después se escapa del remise en el que lo llevaba Quebracho, su asistente, y se sube a un auto...de cualquiera...podría haber sido el tuyo ponele. Saca el casete que estas personas estaban escuchando, pone el de Seru Giran y les dice “llevenme al Cielito”. Nosotros estábamos acá, en plena grabación, cuando de repente aparece. No lo podíamos creer. Cada uno hizo chu chu chu y desaparecieron todos. Gustavo estaba ahí - señala un rincón del estudio de grabación - levantando cintas para guardarlas bajo llave porque no se sabia, viste, si el flaco las podía llegar a quemar, estando él cualquier cosa podía pasar. Y Charly, que venia feliz, en tren de joda, pensando que se trataba de un plomo de él llamado la Bruja, va y le pega una patada en el culo a Gustavo. Gustavo esta así - hace un gesto con los puños y los ojos cerrados, como d furia contenida - y se da vuelta como diciendo, “escuchame gil, que te pasa”. después me dijo “no le pegue porque era Charly”. Otro día eran las ocho de la mañana y estaba Moro , totalmente en pedo, diciéndole al jardinero - tuerce la boca y arrastra las palabras - “apagá la maquina”. Y Charly con un micrófono haciendo así - hace con los brazos un gesto revoleando algo, como boleadoras - , en el parque, para dar un efecto de no sé que cosa. Y yo los ví y dije “estos están todos locos”. para que yo lo diga, imaginate. Bueno, así era mas o menos el clima de la grabación. Ahora, vos escuchas el disco y está buenísimo.
David Lebon
“Del Cielito. el sello del rock” Candelaria Kristof . Inamu. 2016

Estas mezclando el dulce con la sal

“ Con David Lebón también tuve una relación muy cercana. El venía, se instalaba acá, y yo lo atendía. David es un divino, tan amoroso, tan respetuoso. Con Serú Girán estuvieron cuarenta y cinco días grabando. Habían alquilado la casa y el estudio. Gustavo vivía en la Capital.
-¿Y de Charly tiene algún recuerdo, Marta?
-De Charly tengo muchos recuerdos. Lindos y... bueno, lindos.
-Un personaje por momentos difícil -le digo, viendo que su autocensura funciona a la perfección.
-Cuando estaban grabando acá el técnico de ellos me decía: “Tené cuidado, Marta: cuando limpies debajo de la consola, no te agachés porque si entra Charly, por ahí te da una patada en el cu...” -Marta no completa la (mala) palabra-. Entonces, cuando yo iba a limpiar el control le avisaba al técnico que, para protegerme, se paraba en la puerta mientras yo limpiaba. Porque Charly entraba y... ¡pshh! contra todo lo que estaba ahí. Claro, él quería trabajar, es lógico -agrega, contrita-. Una mañana llegamos con Diana, que era la secretaria de Gustavo, y estaba... no me acuerdo, había un chico ahí que le dice a Charly: “Che, Charly, ¿conocés a Diana?”. “Sí, sí, ya la conozco, estoy trabajando”. Tengo un cuadro allá con él -dice Marta, y señala el estudio-. Carlitos, el fotógrafo, quería sacarle una foto pero Charly no quería. Entonces yo estaba sirviéndole la comida y le dice: “¿Y con Marta no te sacarías una foto?”. “Sí, con Marta sí”, dijo. Así que yo le pasé el brazo por arriba de los hombros y nos sacaron una foto, la que está allá, en la sala de estar del estudio”.
-Escúcheme Marta -la llamo- no sé cómo decirle esto, pero usted habrá notado que en el estudio, dependiendo de quién esté, suele haber algunos olores raros. O por ahí, al hacer las camas, encuentra algún paquetito sospechoso... Usted no comente nada ¿vio? A mí me preocupa un poco porque su marido es policía y algunos músicos por ahí se fuman un porro o alguna otra cosa prohibida.
-Mire Gustavo -me responde muy seria- por mi marido no se preocupe porque cuando estuvo Serú Girán acá dentro un mes entero, y yo me quejé de las cosas que hacía Charly, me dijo: “Mirá Marta, a mí no me importa si Charly es drogadicto, es borracho, maricón o lo que sea... Charly igual es mi ídolo”.
Marta, cocinera de Estudios Del Cielito
“Del Cielito. El sello del rock”. Candelaria Kristof. Inamu

miércoles, 10 de julio de 2019

Hundiendo el Titanic

“ La grabación de Serú ’92 fue algo muy fuerte -rememora David.
- Tengo entendido que estuvieron algo así como un mes encerrados...
- Fue terrible porque estábamos todos peleados con todos.
- ¿Y cómo fue que lograron juntarse cuando estaban todos peleados?
En realidad primero nos juntamos y después nos peleamos. O sea: la idea empezó en el ’91. Yo estaba en Miami, Pedro estaba con Pat Metheny, Charly no sé si estaba internado o andaba por ahí, y Morito, bueno, esperando algo. Entonces empezamos a hablarnos por teléfono. Yo tenía mucho miedo de que la gente pensara que nos juntábamos por la plata. Y no quería hacer un revival: quería hacer algo nuevo. Entonces la idea, para que no pareciese un revival fue hacer un disco antes. Un disco con temas nuevos de Serú para no ir al estadio a tocar sólo temas viejos. Y cuando llegamos acá -abre los brazos con las palmas hacia arriba, levanta la mirada al techo de la sala- Charly estaba... no sé si mal o bien, no sé cómo decirlo, estaba...
-Como estaba - digo en una suerte de sobreentendido porque David, el gran David, es obvio, se resiste a pronunciar cualquier afirmación que tenga la forma de un juicio taxativo.
- Con un estado -cierra, críptico-. Pedro estaba con otro, Capitán Titarelli, Moro, estaba con otro y... cada uno venía de su historia. Yo venía de Miami. Así que empezó a haber roces y cuestiones, que este tema no, que esta canción sí, que papapá. Gustavo, pobre, ya no daba más.
- ¿Gustavo fue el técnico de grabación?
- No, él no fue el técnico, pero él estaba. Y los técnicos, pobres, no sé dónde estarán ahora. Internados, no sé. Lo que pasa es que los técnicos pueden laburar si se respeta cierto horario y Charly es un tipo que te tenía las veinticuatro horas despierto, viste, porque no paraba. Era “sigamos y sigamos y sigamos”.
- ¿Y ustedes podían acompañar ese ritmo?
- No, grabábamos de a pedazos. Pedro y Charly incluso tuvieron una pelea muy fuerte, el resto del disco no pudieron terminarlo juntos. Entonces, en un momento dado, lo invitan a Charly a participar de un festival de música, en Francia. Cuando nos enteramos de que se va, dijimos “¡Yes! ¡Buenísimo, boludo! ¡Nos queda el estudio para poner todo lo nuestro tranquilos!”. Hasta los plomos estaban contentos. Pero resulta que el flaco llega al aeropuerto y se compra un poncho, un mate y una botella de Jack Daniels. Se pinta la mitad de la cara con la bandera francesa y la otra mitad con la bandera argentina: así sube al avión. Sube al avión en pedo y dice: “Ustedes son todos unos pelotudos, yo soy el mejor de todos”. Y bueno, obviamente, el capitán del avión dijo: “Este muchacho no viaja”. Lo bajaron. Después se escapa del remís en el que lo llevaba Quebracho, su asistente, y se sube a un auto... de cualquiera... podría haber sido el tuyo ponele. Saca el casete que estas personas estaban escuchando, pone el de Serú Girán y les dice: “Llévenme al Cielito”. Nosotros estábamos acá, en plena grabación, cuando de repente aparece. No lo podíamos creer. Cada uno hizo chu, chu, chun y desaparecieron todos. Gustavo estaba ahí -señala un rincón del estudio de grabación- levantando cintas para guardarlas bajo llave porque no se sabía, viste, si el flaco las podía llegar a quemar, estando él cualquier cosa podía pasar. Y Charly, que venía feliz, en tren de joda, pensando que se trataba de un plomo de él llamado la Bruja, va y le pega una patada en el culo a Gustavo. Gustavo estaba así -hace un gesto con los puños y los ojos cerrados, como de furia contenida- y se da vuelta como diciendo: “Escuchame, gil, qué te pasa”. Después me dijo: “no le pegué porque era Charly”. Otro día eran las ocho de la mañana y estaba Moro, totalmente en pedo, diciéndole al jardinero -tuerce la boca y arrastra las palabras- “apagá la máquina”. Y Charly con un micrófono haciendo así -hace con el brazo un gesto de revolear algo, como boleadoras, por ejemplo- en el parque, para dar un efecto a no sé qué canción. Y yo los vi y dije: “estos están todos locos”. Para que yo lo diga, imaginate. Bueno, así era más o menos el clima de la grabación. Ahora, vos escuchás el disco y está buenísimo.”
David Lebón
“Del Cielito. El sello del rock”. Candelaria Kristof. Inamu. 2017

viernes, 14 de septiembre de 2018

En que perdiste tanto tiempo?

“Una semana después de las presentaciones de la Negra, Seru Giran anuncia su despedida con un show en Obras. Se me ocurrió que, siendo el ultimo show de Seru, no podíamos dejar de grabarlo. Cuando le propuse la idea a Daniel Grinbank, se puso blanco. “Cómo no se me ocurrió”, dijo. Inmediatamente nos pusimos en marcha, quedaban muy pocos días para organizar la grabación.
De ese show salió el disco No llores por mi, Argentina, que también fue uno de los mas vendidos ese año, aunque para mi gusto se retocó demasiado en estudio, al punto de que lo único que quedó de la grabación original es la batería y el público.
Ese es un riesgo que muchas veces se corre ante la posibilidad de retocar las grabaciones; como todo esta preparado uno dice bueno, cambiemos esa guitarra, cambiemos esta voz, cambiemos el teclado. Al final se termina desvirtuando el sonido , empiezan a incorporarse registros que tienen otra calidad, otra limpieza, muy diferentes de lo que es el original en vivo, con lo cual ya no pega con lo que está grabado. Entonces al final se termina reemplazando todo, que fue lo que sucedió ahí. De todas maneras el disco fue un éxito impresionante y generó toda una moda de grabaciones en vivo”.
Gustavo Gauvry
“Del Cielito. el sello del rock”. Candelaria Kristof.

martes, 12 de diciembre de 2017

Yo era el rey de este lugar...

“En realidad, yo empecé haciendo fotos de Sui Generis porque también era amigo de David Lebon y en esa época David tocaba con Sui Generis como guitarrista invitado. Entonces, en un momento hubo que hacer unas fotos para un show en el Gran Rex. Necesitaban, concretamente, una foto para el programa. Fui a sacar las fotos de Sui Generis al Rosedal de Palermo. Así fue como conocí a Charly, a Nito, a Rinaldo Rafanelli y a Juan Rodriguez. A David lo conocía de antes. O sea; Sui Generis eran Charly y Nito pero tocaban con una banda de apoyo. A partir de ese momento empecé a ir a la casa de Nito. Nos hicimos muy amigos. También me hice amigo de Charly. Los acompañaba a los shows y seguí haciéndole fotos.
La parte cholula no era algo que me conmoviera. O sea, nunca fui cholulo. Charly Garcia era un genio absoluto en esa época. Y para mi, eso era lo increíble: compartir una tarde con un tipo genial. Lo mismo con David, que algún tiempo mas adelante, para probar un grabador que habíamos comprado, tira tres acordes, improvisa una letra y hace una canción que después vende miles de discos.. Bueno, de la misma manera, yo iba a la casa de Charly y Charly se sentaba al piano y decía: “mirá, mirá lo que compuse anoche” y hacia pim , pam, pum y te tocaba canciones que terminaban siendo hits. No sé, la vivencia era esa: estar compartiendo la intimidad de tipos que estaban en la plenitud de su creatividad. Charly en esa época era una usina de música, de energía, de pasión. Te miraba y te taladraba con su mirada, imponía un liderazgo incontestable; el tipo era una topadora, no había manera de negarle nada. . Tipos brillantes y jóvenes, en su plenitud. Llenos de ilusiones, de ambiciones, disfrutando del éxito y de la fama, a su manera. Era muy lindo estar con ellos, te entusiasmaban, te contagiaban esa creatividad.”
Gustavo Gauvry
“Del Cielito. El sello del rock”. Candelaria Kristoff. Inamu

sábado, 28 de octubre de 2017

Hoy desperté cantando esta canción.

Después del ensayo con Seru, Charly decide quedarse en casa. Como el living está lleno de instrumentos, le armamos una cama en el cuarto de Violeta, nuestra beba de un año y medio.
A la mañana siguiente, mientras desayunábamos, me comenta como al descuido:
- Che, anoche se despertó la nena.
- Y que hiciste? - le pregunto, tardíamente preocupado.
- Nada - me informa Charly - le canté una canción y siguió durmiendo.”
Gustavo Gauvry
“Del Cielito. El sello del rock”. Candelaria Kristof. Edit. Unamu

Algún día vas a ver al cretino gritar