viernes, 17 de enero de 2020

Rehén

Maria Florencia Zabala conoció a Charly Garcia en la presentación de Clics Modernos en el Luna Park. Ninguno de los dos lo recuerda, porque Garcia fue ovacionado por miles de personas esa noche, y jamás hubiese podido conocer a todos los que se acercaron a verlo, y por Florencia tenía solo dos años en ese entonces. Fue en 1983 y la niña se durmió en medio del show en brazos de su padre, Willy, tan fanático del músico que decidió llevar a su hija esa noche.
Pero la historia no terminó allí. Catorce años después Florencia y Charly se reencontraron y esta vez sí fue algo para recordar. Ella tenía 17 y no dudó en ir a saludar al compositor, que había cumplido 47, cuando cuando lo vió tomando algo con amigos en el pub Jupiter. “Te sigo desde la cuna”, le dijo la morocha emocionada y en ese momento comenzó un romance que sorprendería a sus propios padres y que llegaría a ser noticia. En un comienzo Willy celebró el vinculo - “ahora me puedo morir tranquilo”- dijo después de la presentación oficial de Garcia en la familia, que incluyó una improvisada sesión de pasodobles para Maria Luisa y Cora, su madre y abuela, pero de a poco las peleas de pareja le mostraron una faceta desconocida de su ídolo. “No sabía que era tan machista”, le confesó a la prensa alguna vez en referencia a los problemas que enfrentaba su hija. Y es que las peleas se daban a diario y tomaban estado publico porque el artista solía amenazar con el suicidio cuando ella desaparecía o se negaba a salir a escena en recitales si ella no estaba. “Tráiganme a mi amorcito!”, gritaba desde los camarines enfurecido.
El romance, sin dudas, fue caótico y ciclotímico. En la misma semana en que anunció que se casaría con ella en las Islas Malvinas, nada menos que con el presidente Carlos Saul Menem y Mercedes Sosa de padrinos, el artista apareció en el programa de televisión La Viola diciendo “Fuck you a la psicóloga de Flo” con su dedo mayor en alto.
En una de las tantas peleas que mantuvieron, Garcia cruzó un límite. Mientras era entrevistado por un grupo de estudiantes de periodismo, decidió reconciliarse con su Lolita y llevó a los jóvenes junto a él en un auto hasta la escuela nocturna de Enseñanza Media N| 5 de Ituzaingó, en donde estudiaba Florencia. En el umbral del edificio escolar, toda su división y los novatos cronistas presenciaron una fuerte discusión entre ambos, que terminó con la adolescente corriendo hasta una comisaria cercana. “Me llama todos los días, vive persiguiéndome, ayúdenme”, le dijo a los policías. Presentada la denuncia, regresó a su casa, hasta donde fue enfurecido su ex. Timbrazos y golpes en la puerta obligaron a Willy a salir a calmar a su ídolo,quien le propicio patadas al grito de “Fuck you, fuck you”. Pronto llegó un patrullero. que lo esposó y llevó a la comisaria, no sin resistencia. Las crónicas periodísticas de ese momento detallan que dos agentes policiales terminaron con golpes y arañazos en la cara al intentar reducirlo.
Mucho de lo que sucedió con este amor tormentoso se ve reflejado en Rock and Roll Yo, la placa que el músico editó en 2003, cuando la relación ya estaba terminada pero habían logrado hacer las paces. De hecho, en Rehén, Garcia parece pedir disculpas a Florencia: “No está bien y no está mal, no es famosa, tampoco es normal: ella es mi gran rehén”.
“Quién es la chica” Agustina Larrea / Tomas Balmaceda. Reservoir Books. 2014

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Algún día vas a ver al cretino gritar