viernes, 17 de enero de 2020

Dileando con un alma

“Al día siguiente, Garcia viajó a Texas. El pretexto era el evento de una discográfica que incluiría la presencia de Pete Townshend, el guitarrista de The Who. Maria Eva, quien solía grabar a Charly en su estudio hogareño de Fitz Roy y Aguirre, mientras delineaban Kill Gil, voló a Estados Unidos para acompañarlo. La estadía, colmada de problemas e imprevistos, derivó en la inesperada internación del Artista por pancreatitis. Cuando logró regresar a Buenos Aires, el asunto empeoró. Sin duda, requería de un tratamiento medico. Una noche, con su amiga Marina Belaustegui y Kabusacki lo llevamos en ambulancia hasta la Clínica Santa Isabel de Caballito. Bastante preocupados, esperamos mas de dos horas en el hall, luego de que nuestro paciente estelar fuese subido al décimo piso. Pero, como si se tratase de una broma, una enfermera bajó a preguntarnos por él. Le dijimos que pensábamos que estaba internado arriba. Al rato se corrió la voz: ¡Charly García se había escapado!
Tres días después, volví a reencontrarlo en el Hotel faena, como si nada hubiese ocurrido. Continuaba firme con sus planes de grabación y de movilizar a la Humanidad entera. Contaba a los gritos su aventura a los Estados Unidos, pero interpretada de forma particular: “Llegué en silla de ruedas, fui al show de Pete con Adrew Oldham, me quedé unos días en un hotel y rompí todo, tipo la película Tommy, me quise escapar pero en el aeropuerto me invitaron a quedarme un una clínica. Ofrecieron cambiarme la sangre y yo me recopé. Me dieron flanes violetas y me inyectaron sangre de vírgenes del Amazonas, pero cuando llegué acá me internaron de nuevo”.
García había comenzado lo que él mismo definía como “recorriendo hoteles”, un peregrinar caótico que continuó por el Naciones, luego otro hotel cercano al Obelisco, un breve regreso al faena y por último el Holiday Inn del Paseo Colón. Por entonces le gustaba hacer declaraciones polémicas: “Yo soy lo más y todo lo demás no existe. O son sordos? ¡No entienden nada? ¡es todo negocio, solo para vender revistas? El rock se volvió una cagada. Ahora solo hablan de Shakira, de Juanes y de esos colombianos sin apellido. “. También observó graciosamente “¡vistes que los padres les cantan a los chicos para que se duerman? Bueno, ¡Yo quiero que se despierten! Ácido ante el micrófono. se permitía días de prensa amarilla, que en parte lo divertían mucho. Autoproclamado Rey de la Argentina, estaba decidido a llevar mucho mas lejos sus conceptos: “Los genios somos genios en todas las áreas; yo puedo ser un genio matemático, si quiero”, o “Yo soy todos los adjetivos que terminan en oso: vanidoso, orgulloso, morboso”. En su deambular, también ocupó una habitación en el Hotel Bauen. “No maten a los héroes!” gritó ante cámaras paparazzis al salir abruptamente y cruzar la Avenida callao, mientras insultaba a uno de los reporteros que hacia guardia en la puerta, sediento de drama. Pero, advirtiendo que no tenía un solo peso encima, Charly le preguntó con amabilidad al mismo periodista insultado: “No me llevás al Faena?”.
Como no contaba con una banda fija, el Artista me propuso hacer algunos shows informales. Pareció convencido de que él con un teclado o guitarra y yo, en batería, mas unas pistas pre grabadas en determinados casos, sería suficiente. La primera experiencia fue en Crobar, en los Arcos de Palermo.
- ¡Maestro, vos sos un adelantado! - le gritaron al Líder carismático en la puerta de entrada del club.
- No, los demás están atrasados...yo no imito a nadie.
- ¡Los demás te imitan a vos!
- Sí, me imitan. Ahora, hay que imitarme a mí, eh...
Ambos ocupamos el pequeño escenario de Crobar. Comenzamos a tocar sobre pistas de Kill Gil, trenzándonos en larguísimas zapadas que cada tanto dejaban asomar algún clásico. García se ofrendaba a su público ocasional en plan Dalí, asistido por una adolescente pelirroja que él llamaba “Florcita”, quien se mantuvo al costado del palco atenta a todo requerimiento. Con un disco inédito de dominio público - que una mano anónima había subido a internet sin su consentimiento -, el Artista continuaba su inclasificable cruzada. Como de costumbre, tenía en la manga buenas canciones, entre ellas “Pastillas”, “In the City” y “King Kong”.
“Mientras otros duermen” Fernando Samalea. Sudamericana. 2017

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Algún día vas a ver al cretino gritar