jueves, 1 de marzo de 2018

Necesito un gol

¿Cómo fue ese cambio del Ciclón al Millo? El propio Charly se lo ha revelado a Olé en 2013: “Creo que fue para diferenciarme de mi viejo. Cuando me hice Gallina, 'traicioné' al Ciclón. Yo en el Gasódromo (sic) mataba. Pero en mi adolescencia me incliné definitivamente por River. Me gustó la camiseta, esos colores son alucinantes. Y porque cuando lo empecé a ver, en los 60, era un equipazo. Ermindo y Daniel Onega, Antonio Carrizo, Pinino Más. Por ellos iba a la cancha. A veces solo, a veces con amigos. Como no teníamos plata, entrábamos cuando abrían las puertas en el segundo tiempo”. Y en 2011, sufrió como todos los hinchas de River el descenso: “Lo viví como el Tano Pasman”.
Entre las anécdotas que le ha dejado el fútbol, hay una poco alegre ya que presenció la tragedia de la puerta 12 (NdeR: fue el 23 de junio de 1968 en un superclásico en la cancha de River, dejó 71 muertos y la causa fue que la puerta de salida no estaba habilitada) e incluso su vida pudo haber corrido serio riesgo: “Fue uno de los episodios más trágicos que viví. Con mis amigos entramos en el segundo tiempo y desembocamos derechito en la Puerta 12. Ahí nos dimos cuenta de que estábamos en medio de la hinchada de Boca, así que nos fuimos a la mierda. Caímos en la tribuna de River y por eso me salvé. Si no, estaba en el matadero”.
Por otra parte, al hablar de los mejores jugadores que ha visto, ha reconocido su favoritismo para con Maradona: “Pelé es un grande. Como viví mucho tiempo en Brasil, lo vi jugar un montón de veces. Pero Maradona me recopa porque es argentino como yo. Pelé era un atleta. No como el reventado este de Diego que se entrenaba tomando whisky y entraba a la cancha y metía 300 goles. Un Maradona aparece cada 50.000 años. Alfredo Di Stéfano también era un genio”.
Y además, en la despedida del Diego en la Bombonera tuvo una anécdota brillante: “ Me llamó Coppola y me invitó al palco. Me pasó a buscar y fui. En cuanto llegamos, Guillote me empezó a romper para que fuera a saludar a Diego al vestuario. Me quedé un rato con el Diez, y cuando salí, porque estaba por empezar el partido, me fui. Pero eso era un quilombo de gente y me perdí. Y en vez de salir a las plateas, terminé en el medio de la cancha. Y se vino abajo la Bombonera. “Charly...Charly...”. Y yo no podía ser menos, así que levanté los brazos y saludé. A Coppola no lo vi más. Así que me quedé viendo el partido con la hinchada de Boca. Yo les avisé que era de River, pero los pibes tenían la mejor”. De todos modos, en 2009 tuvo su reconocimiento en el Monumental, donde se llevó otra ovación y la 10 del club de sus amores firmada por el plantel de ese momento.
Cuando Charly era más joven, jugaba bastante a la pelota. “Cuando uno es chico siempre quiere ser jugador, pero era muy queso. Jugaba de 9 o de arquero. Estar en la mitad de la cancha es un embole, matándote y la gloria se la llevan los otros. Yo prefiero la gloria o la muerte”, ha contado. Y además, hay una imagen bien futbolera de 1980 que se ha hecho famosa. Un partido entre Serú Giran y Spinetta Jade, dos de las mejores bandas que han surgido en Argentina. La foto habría sido tomada por otra leyenda como David Lebón. Ambos conjuntos compartieron un recital histórico en esos tiempos, mientras desde algunos medios se intentaba generar una rivalidad entre ellos que en realidad no era así.
“Las perlitas de Charly y el futbol”. Diario Ole. 23/10/2017

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Algún día vas a ver al cretino gritar