miércoles, 28 de noviembre de 2018

Un chico conectado con la ciencia

Carmen Moreno comenzó a trabajar fuerte en radio, como productora de “Folklorísimo”, un programa muy exitoso en donde distintas estrellas de la canción telúrica se convirtieron en invitados estables. Carmen les habló a todos de su hijo, y no exageraba cuando decía que era un Mozart de nuestros tiempos. Eso lo comprobó Mercedes Sosa, un día en la casa de los García Moreno, al escuchar tocar a Carlitos y comentarle por lo bajo a Ariel Ramírez: “Este chico es como Chopin”.
Otro de los que se sorprendieron fue Eduardo Falú, quien descubrió que lo de Carlitos iba más allá de un talento natural para la música. Una noche, en un show producido por Carmen, se puso a ejecutar la guitarra para probar sonido. A poco de tocar se escucha una vocecita:
—El maestro tiene una cuerda desafinada —le dice Carlitos a su madre, que no pudo evitar que Falú escuchara.
—A ver ¿qué es lo que dice el chango? —se acerca Falú, divertido.
—Nada, Eduardo. Le pareció que había una cuerda desafinada —intentó zafar Carmen.
—¿Ah sí? ¿Cuál es? —insiste Falú.
—Ésta —le responde Charly señalando la quinta cuerda.
El maestro hace vibrar el La y comprueba que, efectivamente, está desafinada. Así todos descubren que Carlitos tenía oído absoluto, una capacidad con la que nace solamente una persona entre cada millón.
“No digas nada”. Sergio Marchi. Edit. Sudamericana

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Algún día vas a ver al cretino gritar