miércoles, 28 de noviembre de 2018

No importa si te queres ir

“A mi me pasó algo parecido al grabado de M. C. Escher cuando salía de la casa de Charly después de dos días seguidos de estar componiendo. Los ascensores no andaban y bajé por las escaleras. Pero el portero estaba durmiendo (en horario de trabajo) y nadie salía ni entraba al edificio. Volví al 7° piso para pedirle las llaves a mi compadre y al regresar a la planta baja me dí cuenta de que si salía del edificio, Charly se quedaba sin llaves. Nuevamente siete pisos por escalera ascendente y después de varios intentos de buscar una solución al problema, coincidimos en atar el llavero a un hilo para que él pudiera rencontrarse con su “open doors”. Pero existía la complicación emergente de que las llaves estarían colgando fuera del edificio y yo tenía que esperar que alguien pasara por la vereda y gritarle que me abriera la puerta. No era tan difícil. Cuando logramos encontrar un carrete de hilo de 7 pisos de altura, atamos el llavero y emprendí el nuevo descenso. En realidad no fue necesario, porque al salir del departamento, me dí cuenta de que el ascensor funcionaba y al bajar, la puerta de entrada estaba abierta porque el encargado se encontraba baldeando la vereda”.
Pipo Cipolatti
“Pipo Cipolatti. Lo que nunca se dijo”. Edit. Distal

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Algún día vas a ver al cretino gritar