miércoles, 6 de junio de 2018

Ella era una tipica inocente

“Mi historia es muy parecida a la de Mónica, porque en casa se escuchaba mucha música clásica. Mi viejo no era músico pero le gustaba mucho la música, tenía un aparato impresionante para escuchar discos. Por otro lado, tenía a mi tío. En ese entonces, pasaba seis meses con uno y seis en mi casa. Mi tío me hacía escuchar discos de Peter, Paul and Mary y me llevaba a cantar a los boliches de Punta del Este. Sentí que no sólo me gustaba la música, sino que había que mostrárselo a la gente. Mi adolescencia fue un parate en mi vida: iba al colegio, salía y nada más. No tenía la oreja muy parada para la música, hasta que un día viene un amigo de una amiga y me dice: "Hay unos pibes en el ABC que matan, vamos a verlos". Caí y estaban los Sui Géneris. Ese día no había luz y estaban Charly con una vela y Nito al lado con la flauta. Me senté en la última fila y me encantó la música; que era lo que estaba buscando. A la otra semana, me senté en primera fila, los vi de cerca y me enamoré del flaco totalmente. Hice todo para estar con él y lo logré. Eso fue en marzo del '72 y estábamos como de novios. Un día, Charly fue a verlo a Jorge Álvarez y grabó. En esa época nos fuimos a vivir a una pensión, y en la misma semana le empezó a ir bien, a tener shows. Ese fue el año en que todo el mundo lo conoció. Comencé a cantar con ellos. Iba a la casa de Germán Escalante a tocar con Raúl (Porchetto), León (Gieco), Nito y Charly. Ahí comenzó a formarse Porsuígieco. También a veces subía a cantar con Sui Géneris. Lo demás ya es conocido”.
Maria Rosa Yorio.



“Revista Pelo”. Mayo 1978.

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Algún día vas a ver al cretino gritar